DURO TESTIMONIO

Nieves Herrero: "Cuando tenía entre tres y cinco años sufrí abusos de un amigo de mis padres"

La periodista ha concedido una entrevista de lo más sincera en la que ha relatado uno de los episodios más duros de su vida.

Raquel Alonso Sánchez 02 Octubre 2018 en Bekia

No debe ser fácil abrir el corazón y rememorar heridas que han marcado tu vida, pero Nieves Herrero ha sentido la necesidad de contar al mundo un momento muy delicado y duro al que tuvo que hacer frente cuando era tan solo una niña y que, por desgracia, está tan de actualidad: la periodista sufrió abusos por parte de un amigo de sus padres que se propasó con ella hasta términos que no debería haber hecho.

Nieves Herrero ha concedido una entrevista al diario Público y ha desvelado esto que llevaba guardado desde hace muchos años: "Hay partes oscuras de la infancia que una guarda en un cajón porque hacen daño. Demasiado daño. Cuando tenía entre tres y cinco años sufrí abusos de un amigo de mis padres. Dicen que no se tiene memoria y conciencia de las cosas hasta los cinco años, pero yo recuerdo todo aquello perfectamente".

La periodista ha contado los momentos tan terribles que tuvo que vivir: "De ese amigo, que por supuesto dejó de serlo en cuanto mis padres se enteraron, recuerdo sus manos y sus cosquillas. Sus cosquillas que no tenían que existir porque llegaban donde no tenían que llegar. Eran manos de plomo, manos que pesan. Desde entonces siento que hay manos de plomo que pesan en el alma".

Su infancia ha estado marcada por este desagradable suceso que tuvo que mantener en secreto mientras sucedía: "Fíjate que estoy temblando al contártelo. No hay derecho a que te roben la infancia de esa manera. No hay derecho a que lo más bello del mundo que es ser niña te lo estropeen de esa forma. Yo no comprendía nada. No comprendía lo que pasaba. Por eso me escondía cada vez que venía a casa. No quería estar con él. Él me decía que no lo contara a nadie. Que era nuestro secreto".

Decidió contarlo

Finalmente, Nieves Herrero se lo contó a sus padres: "Yo no quería contárselo por si les hacía daño. Cuando lo hice mis padres no podían creerse lo que les contaba y por supuesto sacaron a ese hombre de mi vida, de nuestras vidas de inmediato. Aun así me decían que cómo me acordaba con lo pequeñita que era". Desde entonces, la periodista es desconfiada con las personas: "Me convertí en una desconfiada. No soporto cuando me cogen y noto ciertas intenciones. Me pongo a la defensiva". "Con los niños siempre estoy alerta. Los veo muy vulnerables. Desde mi infancia me hice detectora de estos hombres de intenciones oscuras. Los niños son un tesoro que no se debe romper ni quebrar", añadía la periodista.

Quizás haya personas que no entiendan por qué la periodista decide contar este suceso ahora, pero ha querido dar visibilidad a una situación que muchas personas sufren y que nunca llegan a contar: "Compartir es quitar peso a la conciencia, es denunciar y visibilizar un enorme problema de nuestra sociedad que tenemos que cortar de lleno. Cuando el horror te llega a casa y te hacen mayor de repente te lo quitan todo. Yo tuve suerte pero hay casos horribles".

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