Hace más de treinta años que el mítico actor Michael J. Fox fue diagnosticado con párkinson. Desde entonces, el protagonista de 'Regreso al futuro' ha tenido que convivir con la enfermedad, sobrellevándola como bien ha podido. Hasta el 2020, año en el que se retiró definitivamente del mundo de la actuación, Fox fue capaz de compaginar sus peores momentos derivados de la dolencia que sufre con sus trabajos profesionales. Sin embargo, a punto de cumplir las tres décadas desde la fecha en la que se le detectó la enfermedad, el actor decidió que era momento de decir adiós a las cámaras y retirarse definitivamente.
A partir de 2018, su estado de salud empeoró considerablemente y ahora, cuatro años después, el actor ha contado a la revista People cómo ha vivido el que ha sido el peor año de su vida. "Ha ido a peor", explica Fox sobre su enfermedad, que a los 61 años se ha juntado con los achaques de la edad. Durante este año, el intérprete de Marty McFly ha tenido que hacer frente a varias operaciones, caídas y roturas, así como al duro golpe que supuso la muerte de su madre, a los 92 años, el pasado mes de septiembre.
"Me rompí la mejilla, la mano y el hombro. Me reemplazaron el hombro y me rompí el otro brazo, esta vez el izquierdo. Luego me rompí el codo. Tengo 61 años y cada vez noto todo más", cuenta el actor, quien no ha perdido el optimismo ni en los peores momentos. Sin embargo, la infección derivada de una de sus roturas hizo que el estado de ánimo del actor tocase su peor punto: " Nunca he sido alguien muy gruñón, pero con nada me ponía de mal humor. Trataba de cortarlo de raíz. Siempre pensaba en la gente que trabajaba conmigo y les solía decir: 'Diga lo que diga, imagina que he dicho por favor al principio y gracias al final ", cuenta el actor, recordando que intentaba no perder los nervios a pesar de su situación.
Sus problemas físicos hicieron mella en su estado psicológico, que se vio ensombrecido tras tantos tropiezos, pero por fin está comenzando a volver a ser él: "La última de mis heridas ya se está curando; mi brazo ya está mejor. La vida es interesante y te toca lidiar con estas cosas", reconoce el actor, quien comienza a necesitar ayuda para caminar, ya que su dolencia se lo complica cada vez más: " Ahora la principal misión es no caerme. Así que cualquier cosa que me ayude a evitarlo, la uso, ya sea un andador, o una silla de ruedas, un bastón o un tipo con un cinturón alrededor de mi cintura ", cuenta Fox, mucho más optimista.
Su gran labor
En el año 2000, casi una década después de su diagnóstico, el actor creó la Fundación Michael J. Fox con la intención de investigar el párkinson y encontrar una cura para una enfermedad que afecta a más de 10 millones de personas en todo el mundo. Gracias a su gran labor, ha conseguido recaudar en estos veinte años más de 1000 millones de euros.