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Kiko Rivera e Irene Rosales han decidido poner punto final a su matrimonio después de once años de relación y nueve de matrimonio. La pareja, que se dio el "sí, quiero" el 7 de octubre de 2016 en una de las bodas más recordadas de la prensa rosa, parecía vivir un verano tranquilo junto a sus hijos, pero finalmente han optado por emprender caminos separados.
Hasta hace apenas unas semanas, el DJ compartía en redes sociales imágenes idílicas de sus vacaciones familiares en Menorca, donde hablaba de "días inolvidables y momentos de calma en familia". Sin embargo, la ausencia de publicaciones conjuntas en el perfil de Irene y algunos mensajes cargados de indirectas alimentaban ya los rumores de crisis.
La relación entre Kiko e Irene comenzó en 2014 gracias a un amigo en común y pronto se convirtió en una de las más seguidas por la prensa del corazón. Su boda en la Hacienda de los Parrales fue un evento multitudinario al que asistieron más de 300 invitados, incluida Isabel Pantoja, que celebró con emoción la felicidad de su hijo. Desde entonces, la pareja había formado una familia estable con sus tres hijos, Francisco, Ana y Carlota.
El centro de su vida: sus hijos
A pesar de las dificultades y las adversidades, Kiko e Irene siempre tuvieron claro que sus hijos eran lo primero. La pareja ha confirmado que seguirá manteniendo una relación cordial por el bienestar de los pequeños, con el objetivo de preservar la estabilidad familiar. Tanto el DJ como la excolaboradora televisiva han reiterado en diversas ocasiones que la paternidad y maternidad han marcado un antes y un después en sus vidas.
Kiko Rivera e Irene Rosales en la presentación de su hija CarlotaEsta ruptura supone un nuevo golpe para Kiko, que en los últimos años ha atravesado complicados episodios familiares, incluidos los distanciamientos con su madre, Isabel Pantoja, y su hermana, Isa. Irene había sido hasta ahora su refugio y su mayor apoyo, acompañándole en los momentos más duros.
