Según ha informado en exclusiva la revista Lecturas, José Fernando ha vivido uno de los fines de semana más importantes de su vida. En un permiso de 48 horas concedido por el centro de salud mental de Ciempozuelos, donde continúa su tratamiento, el joven ha podido reencontrarse con su hija, fruto de su relación con Michu, fallecida el pasado 8 de julio. La niña, que ya reside en Madrid junto a su abuelo José Ortega Cano[/i], ha iniciado una nueva etapa escolar y familiar en la capital.
El encuentro se produjo en casa de Gloria Camila, donde se ha instalado temporalmente Rocío Flores, sobrina de José Fernando y figura clave en el cuidado de la pequeña desde que Gloria partió a Honduras para participar en 'Supervivientes All Stars'. Manuel Bedmar, pareja de Rocío, fue el encargado de recoger a José Fernando en el centro la mañana del sábado. Desde allí, todos se desplazaron a un centro comercial para compartir un plan familiar discreto y emotivo.

La custodia de la menor está en manos de Ortega Cano, siguiendo el deseo expreso de Michu, que dejó constancia en su testamento. " La pequeña pasará conmigo parte del verano, Navidad y Semana Santa ", reveló Inma Rodríguez, madre de Michu, anticipando un reparto de tiempos que permitirá mantener el vínculo con su entorno materno. Mientras tanto, José Fernando intenta estar presente en la vida de su hija siempre que el centro se lo permite.
Este verano, padre e hija ya compartieron unos días en Cádiz, pero ahora, con la niña instalada en Madrid, los reencuentros serán más frecuentes. "Estoy aquí por ella", habría comentado José Fernando a su entorno, según recoge Lecturas. El joven, que ha atravesado años de inestabilidad, parece más centrado y comprometido con su papel como padre.
La figura de Rocío Flores ha sido fundamental en esta nueva etapa. La influencer se ha volcado en el cuidado de la pequeña, acompañándola al colegio y organizando planes familiares. Su implicación ha sido reconocida por Ortega Cano, que confía en ella como apoyo durante la ausencia de Gloria Camila. La niña, de ocho años, se muestra feliz y arropada por su entorno.
Una familia reconstruida
El permiso de José Fernando ha sido más que un trámite: ha sido una oportunidad para reconstruir vínculos y demostrar que, pese a las circunstancias, el amor paternal sigue intacto. Con el respaldo de Rocío Flores y la cercanía de Ortega Cano, el hijo de Rocío Jurado se aferra a cada momento con su hija como motor de su recuperación. El próximo permiso podría coincidir con el puente de octubre, y ya se habla de una escapada familiar.