Eran como uña y carne, como siamesas. Allá donde iba la tonadillera más famosa de España, Isabel Pantoja, la acompañaba su fiel asistente, amiga y persona de confianza: María Navarro. La asistente personal de la cantante la siguió prácticamente hasta el fin del mundo, ofreciéndole su apoyo y su experiencia profesional, pero muy lejos de agradecérselo, parece que la propietaria de Cantora se ha olvidado por completo de la que un día fue su mano derecha.
En 2013, a Navarro le tocaba despedirse de Pantoja para dedicarse a cuidar de su hija, Ana Dueñas, que se encontraba gravemente enferma. Por desgracia, después de una dura y larga batalla contra su dolencia, la abogada fallecía, dejando un hueco enorme en el corazón de su madre. Lejos de intentar llenar este vacío con toneladas de cariño, parece ser que la cantante se olvidó por completo de la que fue su fiel escudera.
María Navarro e Isabel Pantoja en el aeropuerto de BarcelonaPor fortuna, a Navarro le quedaba más familia en la que buscar apoyo y consuelo : su otra hija, la actriz Lola Dueñas, y su nieto, el hijo de la fallecida. Ellos fueron quienes cuidaron de la asistente de Pantoja, después de que ésta le diera la espalda en uno de los momentos más duros de su vida.
No le dio sus condolencias
Ante esta situación, no es de extrañar que el círculo cercano de Navarro todavía guarde rencor y no haya perdonado a la tonadillera. De hecho, una fuente cercana a la familia ha confesado a la revista Corazón que "María tenía un dolor muy grande con Isabel. Ni siquiera le dio el pésame por su hija Ana. Eso fue lo que a ella la destrozó. Tanto por el fallecimiento como porque en ese momento necesitaba el apoyo de todos".
María Navarro e Isabel Pantoja en 2010El informador asegura también que "la familia de María, lógicamente está dolida. Porque todos saben lo que María hizo por Isabel ". Entre los favores, parece ser que Navarro vendió un precioso piso cercano a la Plaza Mayor de Madrid con vistas al Mercado de San Miguel para ofrecer ayuda económica a la cantante. Mientras, la madre de Chabelita ha borrado de su memoria todos esos buenos momentos y prefiere mirar hacia otro lado ante la tragedia de la que un día fue su amiga más fiel.
