La socialité ha contado cómo conoció al futbolista portugués y cómo fue su relación con él durante esa etapa.
Esther Doña continúa colaborado en 'Y ahora Sonsoles', programa en el que aterrizó primero para contar su versión sobre su polémica ruptura con el juez Pedraz. Ahora que las cosas en su vida están más calmadas, comenta la actualidad en el plató con sus compañeros y uno de los temas a tratar ha sido Cristiano Ronaldo, quien ha acaparado varios titulares tras su marcha del Manchester United tras su polémica entrevista.
Lo que nadie se esperaba es que la viuda de Carlos Falcó fuera a revelar que conoce el futbolista luso, es más, ha contado que él estuvo interesado en comprar su casa en la exclusiva urbanización de La Finca. "Era cuando él llegó al Madrid. Estaba buscando casa en la que vivir y vino a conocer nuestra casa. Vino varias veces. La verdad es que le encantó y ahí tuvimos como una pequeña relación de amistad. Tengo fotografías con él", ha revelado la colaboradora. Tras estas palabras, ha contado que fue algo que ocurrió hace bastante tiempo: "Todavía no estaba con Georgina. Era cuando él llegaba al Madrid". Y de paso ha tirado un órdago a su favor, diciendo del portugués: "Lo destaco como persona porque a veces hay comentarios de todo tipo hacia él. Me acuerdo que un día yo estaba cenando en el jardín. Estaba tomando una tortilla francesa. De repente, él apareció por detrás y yo no sabía que estaba llegando. Me agarró así de los hombros y me dijo 'ni se te ocurra levantarte porque la tortilla fría está bien mala'", ha dicho, revelando esta anécdota entre risas.
"Le gustaba muchísimo la casa y los coches que teníamos. Le gustaba todo pero al final no se llegó a un acuerdo pero me pareció encantador", ha añadido, revelando de esta manera que finalmente no compró la vivienda. "Eso sí, él siempre venía con muchísimas personas. Nunca venía solo", ha añadido. Su metedura de pata
Y además de hablar de todo esto, ha vivido un momento de 'Tierra, trágame' en el plató cuando ha metido la pata hasta el fondo con su manera de expresarse. "Él bebe muchas bebidas esotéricas", ha dicho, pero lo que quería decir es que bebe bebidas isotónicas. Sus compañeros no han dudado en corregir su error: "Isotónicas, Esther, se dice isotónicas".