El actor y director Daniel Guzmán ha sido uno de los rostros más afectados en el tanatorio de La Paz, donde se vela a Verónica Echegui. Gran amigo y compañero de profesión, Guzmán no ha podido contener las lágrimas al recordar a la actriz, con quien compartía un proyecto que no llegó a ver la luz. Su testimonio, recogido por los medios a las puertas del recinto, ha conmovido por su sinceridad y respeto hacia la voluntad de Verónica.
Según explicó ante las cámaras, en los últimos meses su relación con la actriz se estrechó gracias a ese trabajo conjunto. Fue durante ese tiempo cuando Verónica le pidió expresamente que guardara silencio sobre su estado de salud. " Ella me pidió que yo fuera muy discreto ", confesó Guzmán, visiblemente roto. " Lo mantuve con sensibilidad, en secreto. Es complicado, porque era una persona muy especial, muy auténtica ".
El actor ha subrayado que Verónica decidió llevar su enfermedad en la intimidad, sin ocultarla pero sin hacerla pública. "Cada uno lo lleva como puede", añadió, en referencia a los parones profesionales que ahora cobran sentido. Daniel Guzmán ha querido destacar la fuerza y vitalidad que la actriz mantuvo hasta el final, así como su talento indiscutible: " De su generación, la más talentosa y con una personalidad única ".
El proyecto que compartían no llegó a materializarse, pero para Daniel Guzmán queda el recuerdo de haber acompañado a Verónica en una etapa delicada, cumpliendo su deseo de discreción. " No porque se haya ido, pero es un golpe, un revés muy duro, muy duro, de verdad ", afirmó con la voz entrecortada.
Un legado pendiente
La confesión de Daniel Guzmán deja entrever que Verónica Echegui tenía aún mucho que ofrecer. Su último proyecto, guardado en silencio, podría convertirse en una pieza clave para entender su legado artístico y personal. El cine español llora su pérdida, pero también celebra su autenticidad.