Este 5 de septiembre se cumplen dos años desde que María Teresa Campos falleció a los 82 años, dejando un vacío irreparable en su familia. Alejandra Rubio, su nieta, ha sido la primera en rendirle homenaje públicamente. A través de sus stories de Instagram, ha compartido dos fotografías muy especiales: una en la que la presentadora le da un beso lleno de ternura, y otra en la que ambas charlan entre risas en el sofá de casa, reflejo de la complicidad que siempre las unió.

Alejandra no ha acompañado las imágenes con texto, pero sí con dos emoticonos: una paloma blanca y un corazón rojo. Un gesto sencillo que ha conmovido a sus seguidores, quienes han inundado sus redes con mensajes de cariño. "Tu abuela estaría orgullosa de ti", "Qué bonito homenaje", " El amor verdadero nunca muere ", fueron algunos de los comentarios que recibió.
Desde que Alejandra decidió dar el salto a la televisión, siempre ha reconocido que su abuela fue su mayor inspiración. María Teresa Campos no solo fue una figura clave en los medios, sino también un pilar en la vida de su nieta. " Gracias a ti somos quienes somos hoy en día, nos has enseñado valores y nos has inculcado la mejor educación ", escribió Alejandra en una carta pública tras su fallecimiento.

Aunque Terelu Campos y Carmen Borrego también han recordado a su madre en distintas ocasiones, Alejandra ha preferido hacerlo desde la intimidad. En cambio, Terelu rompía a llorar hace unas semanas en televisión al escuchar "Amor eterno ", la canción que sonó en el funeral de María Teresa. Carmen Borrego, por su parte, compartió este verano un homenaje junto a su hijo José María Almoguera en Málaga, donde recordaron los momentos familiares vividos con la presentadora.
El legado de una abuela inolvidable
Con estas imágenes, Alejandra Rubio ha querido rendir tributo a una mujer que marcó su vida. " Cada sueño que cumpla será en tu honor ", escribió en su carta de despedida hace dos años. Hoy, ese mensaje sigue vigente. María Teresa Campos no solo fue una gran comunicadora, sino también el corazón de una familia que, dos años después, sigue sintiendo su presencia en cada gesto, cada palabra y cada recuerdo.