Joaquín Moeckel, abogado del torero Cayetano Rivera, ha roto su silencio para exponer públicamente lo que considera un caso de detención desproporcionada e innecesariamente violenta. El letrado ha relatado con detalle cómo su cliente fue reducido, tirado al suelo y esposado en una hamburguesería madrileña, sin que en ese momento se le mostrara una placa ni identificación policial hasta que ya estaba en el suelo. Moeckel revela un patrón de trato diferenciado a personas conocidas: " Muchas veces, ser famoso te convierte en culpable antes de tiempo. Esto no va solo de un incidente con una hamburguesa, sino de cómo se trata a alguien por su apellido y por lo que representa".
Moeckel ha detallado los daños físicos que el torero sufrió durante y después de la intervención policial: un hematoma en el ojo, dolor en el pómulo y marcas en las muñecas debido al uso de las esposas. Según explica, su cliente fue llevado al hospital, donde se le practicó un TAC craneal ante la posibilidad de lesiones internas por el impacto recibido en el suelo. Además, denuncia que el vehículo policial no tenía cinturón de seguridad, hecho que fue protestado por Cayetano y desestimado por los agentes con una respuesta sorprendente: "El cinturón está roto". Una vez en el coche, el torero perdió su móvil, lo que generó una nueva tensión al no poder comunicarse ni saber dónde estaba. "Son pequeñas anomalías que, sumadas, hablan de una mala praxis generalizada", declara Moeckel.
Lo más preocupante para Moeckel fue el trato posterior a la detención. Cayetano Rivera permaneció esposado en un calabozo durante horas, incluso estando completamente solo y sin posibilidad de causar daño. "¿Qué sentido tiene mantener a un hombre solo, desarmado, con lesiones en la cara y dolor en las muñecas, esposado dentro de una celda?". Según su relato, Rivera vivió ese tiempo en estado de shock, "angustiado, acojonado y sin entender nada", sin acceso a su teléfono ni a sus pertenencias. "Esto no es justicia, esto es castigo preventivo. Un trato así puede marcar psicológicamente a cualquiera. Si esta es la manera en que se gestionan los altercados con personajes públicos, estamos ante un serio problema de ética institucional".
"Famosofobia" y daños colaterales
El abogado ha introducido un término para describir lo ocurrido: "famosofobia". En sus palabras, el apellido Rivera y su fama pública habrían actuado como motivo de una intervención más severa de lo habitual. " Cuando uno es una figura conocida, no solo debe responder ante la justicia como cualquier otro ciudadano, sino también soportar la lupa pública, la presión mediática y, en ocasiones, el prejuicio institucional", denuncia. Además, añade que Cayetano no ha podido cumplir con sus compromisos profesionales, como una corrida prevista en Burgos, lo cual constituye un perjuicio económico y de imagen que, asegura, no pasará por alto en su estrategia legal.
El caso está lejos de cerrarse. Joaquín Moeckel ha confirmado que están valorando tomar medidas legales contra los agentes implicados, y que la defensa se centrará en revisar cada paso del procedimiento: desde la legalidad del uso de la fuerza, hasta la pérdida del móvil, la ausencia de cinturón en el coche policial o el prolongado uso de esposas. "Hay que analizar si lo ocurrido responde a un protocolo mal aplicado o si estamos ante un caso que sobrepasa los límites de la ética policial. Cayetano está dispuesto a ir hasta el final", advierte.