La vuelta de Terelu Campos a 'Supervivientes 2025' ha sido toda una sorpresa. Después de haber dejado Honduras durante más de un mes para estrenar su primera obra de teatro en España, ha regresado con más fuerza que nunca. Y no solo eso, también ha hecho historia al convertirse en la primera concursante en lanzarse dos veces del helicóptero en una misma edición. Desde su regreso, ha dejado claro que viene con las ideas claras, aunque eso le haya costado alguna que otra crítica por parte de compañeros como Pelayo Díaz, quien no estuvo muy de acuerdo con cómo repartió la comida. Aun así, ella lo dejó bien claro: "Mis retos están basados en ayudaros".

Uno de esos retos ha sido, sin duda, uno de los más duros que ha afrontado. Esta vez, Terelu tenía que pelar y partir un coco. Parece sencillo, pero no lo es en absoluto, sobre todo teniendo en cuenta que algunos concursantes llevan dos meses allí y aún no han logrado abrir uno. "Aquí hay gente que no ha abierto un coco en meses", le decía Anita para animarla. Aun así, Terelu aceptó el reto, sabiendo que si lo lograba, conseguiría dos sacos de pasta para compartir con todo el grupo.
Y así fue como se puso manos a la obra. En medio del esfuerzo, soltó una frase que hizo reír a todos: "Me estoy dejando las tetas aquí". Pero finalmente, después de mucho trabajo, consiguió partir el coco. Lo más emotivo vino después, cuando leyó el pergamino que confirmaba su éxito: " Enhorabuena, has conseguido completarlo ". En ese momento, no pudo evitar romper a llorar y dijo entre lágrimas que tenía "la piel de gallina".

Ese gesto significaba mucho más que abrir un coco. Era comida para todos, algo muy valioso en esas condiciones. Los dos sacos de pasta eran una recompensa que el grupo recibió con muchísima alegría. Se notaba el agradecimiento de todos los demás hacia Terelu, no solo por el esfuerzo físico, sino por el compromiso que demostró con el resto del grupo.
Una prueba tras otra
No es la primera vez que Terelu hace frente a una prueba así. Ya lo hizo con las almendras, pero esta vez todo fue más intenso. Verla romperse después del reto al saber que no estaba siendo un lastre para el resto de sus compañeros y ayudarles, en especial, a conseguir comida a estas alturas tan duras del concurso, llenó de alegría y orgullo a la superviviente.