Nagore Robles se ha sentado con Jesús Vázquez para sincerarse sobre algunos aspectos de su vida que son completamente desconocidos. Entre otras cosas ha hablado de la relación que tiene con su familia y de cómo acabó en la televisión o lo mal que lo pasó después.
Nagore Robles se sincera con Jesús Vázquez/ Foto: Mtmad"Yo a la televisión llegué sin querer. Yo de pequeña quería ser misionera, porque estudiaba en un cole de monjas. Yo en el cole era muy libre, hacía muchas trastadas. Era un cole de monjas, mixto... y yo, menos estudiar, quería hacer de todo. Cuando pedían algún voluntario, siempre estaba yo. Yo intentaba ayudar, yo organizaba cosas solidarias en el cole. Sacamos un montón de dinero. Me dijeron que me fuera a un país desfavorecido, pero no me fui, me dio miedo ", empezó diciendo mientras hablaba de cómo fue su infancia.
Una vez creció y cumplió la mayoría de edad decidió irse de casa: "Me fui de casa porque no me entendía con mi familia. Yo desde pequeña ya tenía la mayoría de edad en mente para irme de casa. Me han enseñado a ser cañera. Más dura que una piedra, en mi casa se oían pocos 'te quieros', pocos 'gracias', pocos 'perdones', pocos 'lo siento'. Entonces a mí me enseñaron a ser dura, vasca, fuerte, deportista, muy bruta...", ha seguido diciendo sobre la educación que recibió.
Pese a esa manera de entender la vida desde la fortaleza, ella siempre se ha considerado una persona sensible, por eso ha seguido añadiendo: "Yo era una chica súper sensible, pero sensibilidades las justas. Dejé de estudiar porque no me interesaba. Estaba pensando en otras cosas, estaba despistada. Un amigo mío estaba trabajando en una frutería y me dijo que me fuera a trabajar con él. Dejé de ir al colegio y mi padre me pilló", y de paso ha recordado en lo primero en lo que trabajó: "Mi primer trabajo fue en unos grandes almacenes en verano, para sacarme algo de dinero. Me di cuenta de que me faltaban pelas. Tenía un amigo que era frutero, y era todo tan divertido que me dijo que me pusiera a trabajar, y así entré en la frutería. Me hicieron encargada, yo tiraba de los carros. Me corté el pelo a lo chico, haciéndome la moderna. Lo peor que podía haber hecho. Lo pasé fatal".
Y una de las aventuras de su vida llegó cuando decidió irse a vivir fuera de España: "Estuve año y medio en Londres y después regresé a Bilbao. De repente, mi hermana me apuntó a 'Gran Hermano' y fue como una señal ", así que aterrizó en el programa de la manera más inesperada. Lo cierto es que después de ser expulsada del concurso lo pasó realmente mal por los comentarios que recibía en la calle, e incluso asegura que pasó cinco meses encerrada en su habitación sin querer saber nada de nadie. "Me acuerdo de la última noche como anónima, antes de entrar en la casa de 'Gran Hermano'. La gente no lo entendía. Fue una bofetada tremenda. Me quedé en shock, además yo era muy odiada. Esa fortaleza me ayudó a superar el tema, porque era súper odiada. Cuando iba por la calle notaba eso, así que me pegué cinco meses encerrada en mi casa. Mi madre me llevaba la comida con una bandeja. Todo me pareció muy heavy", siguió diciendo.
Una relación viento en popa
Y no se ha olvidado de hablar de la relación que mantiene con Sandra Barneda, quien aún no es su mujer, por eso ha añadido: " Todavía no estamos casadas, me lo tiene que pedir", ha concluido. Por otro lado, y como se ha podido saber recientemente, tan bien les va juntas que habrían decidido iniciar los trámites para convertirse en madres.
