La periodista daba todos los detalles y los motivos en 'Sálvame' al poco de conocer la noticia. Lozano no podía contener las lágrimas.
Lydia Lozano no levanta cabeza. La colaboradora de 'Sálvame' está pasando una muy mala racha de salud que ahora se complica con las últimas noticias que ha recibido. Este fin de semana la periodista se veía obligada a quedarse en su casa y reposar a causa de unos fuertes dolores. Lydia Lozano no pudo, ni siquiera, acudir a su puesto de trabajo.
Las malas noticias llegaron el lunes, 19 de septiembre, cuando a Lydia Lozano le afirmaban, en urgencias, que tenía rota la octava vértebra y que debía pasar por quirófano. Ayer, 20 de septiembre, la periodista volvía al hospital a realizarse todas las pruebas preoperatorias pertinentes. A la salida, Omar Suárez, su compañero de trabajo, la esperaba para hablar con ella.El periodista, desplazado al lugar de los hechos micrófono en mano, se encontraba a una Lydia Lozano rota y derrumbada. Salía del hospital con las gafas de sol puestas porque sabía que acabaría llorando. La periodista se acercaba a charlar con sus compañeros y comenzaba a llorar al pronunciar la primera palabra.
Lydia cuenta los detalles
"Me tienen que operar, llevo una racha...No paro de llorar desde que me lo dijeron ayer. No pude ir a trabajar, me vine a urgencias, he estado todo el fin de semana en la cama. Llevo la del cuello, la mano rota, ahora esto. Estoy hecha una mierda", confesaba Lydia Lozano enumerando sus operaciones más recientes. "Me han dicho que me he roto la vértebra 8 y como tengo osteoporosis se me ha pegado a la 7. Me han hecho ya análisis, electro, de todo", comentaba.
Omar Suárez ha aprovechado para preguntarle por su recuperación, a lo que respondía: "Me han dicho que me tome la recuperación muy en serio, tengo que andar mucho y que llevar un chaleco superincomodo. Ya me han dicho que tengo que estar dos días hospitalizada", confiesa. Por otro lado, Lydia Lozano ha reconocido también ante las cámaras de 'Sálvame' que tiene mucho miedo a las operaciones y que lo único que quiere es no enterarse de nada: "A mi que me dopen", dice. No sabe cuánto tiempo se ausentará de su puesto de trabajo, pero ya ingresa el jueves 2 de septiembre.