Galería: Todas las fotos de 'GH VIP 8'
-
Raúl Rodríguez y Silvia Taulés nos cuentan su papel en 'La familia de la tele'
-
Kiko Matamoros y Lydia Lozano: "Nuestro público es de todas las edades y RTVE tiene un público muy pegado a las novelas, al que tenemos que captar"
-
Carlota Corredera y Javier de Hoyos: "La tele tiene que representar al público también y aquí están todos los perfiles posibles&quo;
-
Así se tomó Felipe VI que la Infanta Sofía no quisiera recibir formación militar
-
Belén Esteban: "Estoy emocionada, muy contenta y muy feliz por llegar a RTVE"
-
Manu Baqueiro: "Tuve como referente a Bruce Willis en 'Luz de Luna' para mi trabajo en la serie 'Perdiendo el juicio'"
-
Magdalena de Suecia responde a las críticas y explica por qué le han permitido lanzar su propio negocio
Jessica Bueno y Laura Bozzo han vivido su particular cara a cara en 'GH VIP 8' antes de que se supiera que Laura era la salvada de la noche. Las concursantes tienen mala relación dentro de la casa y han querido que lo hablaran largo y tendido en la sala de expulsión: " Siempre le he dicho princesa. Yo no he tenido un enfrentamiento directo. Hemos tenido discusiones, puntos de vista opuestos. Nunca he hablado mal ni he permitido que nadie hable mal de ella", decía Laura Bozzo.
"Es más, cuando llegó Pilar y Luitingo, yo fui la que me enfrenté a todos los de la casa y dije que nadie iba a hablar de ella. Tenemos discrepancias, en el sentido de que ella es como una princesa, la veo como mi hija Victoria, que es una dama, perfecta, impecable y yo soy una loca imperfecta que grita, que soy picona, que parezco un demonio, esa soy yo. Yo he dicho que es obvio que a lo largo del concurso me he dado cuenta de que ella no me quiera y también del rencor. Los líos que tuvimos Jessica y yo fueron hace tiempo. Siempre he pensado que si salgo expulsada es por los fans de Jessica", continuaba la peruana.
Laura Bozzo en su cara a cara | Foto: telecinco.esJessica Bueno, por su parte, explicaba su opinión: "No le tengo rencor. Hemos estado conviviendo durante muchos meses. Cada vez que hemos discutido ha sido porque ha sido la única persona que ha conseguido hacer que yo saltase, me pareciese algo injusto y he tenido que saltar y creo que eso también se debe a la confianza que siento con ella y la decepción en ciertos momentos por eso, por la cara A y la cara B, ese amor odio que he sentido desde el principio con ella".
"En los momentos buenos he sentido ese cariño hacia ella y luego es una persona muy televisiva, es todo lo contrario a mí y eso ha hecho que en muchos momentos sus acciones o su forma de actuar he sentido que no me parecían bien y no podía evitar decírselo en ese momento. A veces he sentido el pique, el chinche y hacía que yo saltase. Son cosas que pasan en el momento pero luego yo sigo el día a día ", añadía la modelo.
Zanjando el asunto pero sin amistarse
Laura Bozzo ha seguido explicando su versión de la situación: "Yo he sido empática con Pilar, porque a mí me da pena verla llorar todos los días y no digo que tenga nada que ver con ella. Luitingo puede ser su alegría, yo no estoy faltándole el respeto. Siento que soy empática pero cuando me pongo loca como un animal es cierto ". Por su parte, Jessica Bueno añadía: "A veces no tiene concordancia con sus palabras".
Jessica Bueno en el cara a cara | Foto: telecinco.es"Un día dice una cosa, al rato está pensando de forma diferente y eso son las cosas que al final, cuando estás conviviendo durante varios meses, te acabas agotando mentalmente. Psicológicamente tienes que estar preparada para lo que te viene porque no sabes cuando va a venir", decía. Entonces, Laura Bozzo apuntaba: " Ella dijo que había escrito un blog contra mí, dedicado contra mí ". Jessica Bueno no tenía problema en explicar el tema del blog.
"El blog fue al día siguiente del enfado monumental que me llevé por cómo había tratado a Susana, a Mickael. A ella se le olvidan las cosas. La noche anterior fue cuando Susana estaba muy mal y ella dijo que lloraba para llamar la atención ", decía la modelo. Finalmente, ambas se decían que no se guardaban rencor y se despedían ante una expulsión que, al final, no se produjo.