David de Jorge, o más conocido como Robin food, es un famoso chef que ha acudido al plato de 'El hormiguero' para ser entrevistado por Pablo Motos. Ha sido en este espacio donde ha hablado de su sorprendente cambio físico después de adelgazar cerca de 140 kg, puesto que antes pesaba 267. Para el fue un reto bastante complicado y evidentemente necesitó ayuda, pero pudo ser más fácil porque se rodeó de personas que le quieren, algo muy importante para él. " Me han ayudado mucho mis familiares, mis amigos y, por supuesto, los doctores", dijo al respecto.
Robin Food en 'El Hormiguero'/ Foto: Antena 3Su manera de pensar cambio en el momento en el que vio que los problemas en su vida cada vez eran más graves y se le pasaron por la cabeza a pensamientos negativos, por eso dijo: " No sabía ni por dónde bajarme de la cama. Llegó un momento que me daba igual morirme. Cuando dices me muero saltan las alarmas". Lo cierto es que siempre se ha considerado una persona feliz y ahora también lo es.
El proceso hasta que perdió tanto peso fue largo puesto que primero fue operado para para ponerse un balón gástrico, más tarde se hizo una reducción de estómago pero cuando ya había perdido casi 70 kg - tenía que pesar menos de 200 kg para poder entrar en quirófano- y por último se sometió a una abdominoplastia para quitar el resto de piel. Pese a que la cirugía evidentemente le ha ayudado muchísimo dice que no es el método qué hay que utilizar para resolver este problema, ya que lo más importante es tener mucha concienciación y comenzar a cambiar los hábitos en la alimentación.
Robin Food viendo el pantalón con el que se casó/ Fpto: Antena 3El cocinero ha reconocido que la batalla no la ha ganado todavía porque la sigue ganando día tras día ya que tiene que seguir cuidándose y que sigue teniendo un gordo dentro de su cuerpo deseando salir. "Con la edad me he dado cuenta de que me cuesta cada vez más poder bajar de peso, así que intento controlarme ", ha reconocido.
Sus problemas al salir de casa
Y más allá de todos los problemas que el peso le podía suponer a su salud, había otros sociales puesto que salir con sus amigos consistía en buscar un lugar en el que las sillas pudiesen ser resistentes, por eso no le hacía los lugares en función de lo que ofrecían sino en función de los asientos. " He llegado a romper miles ", dijo con un poco de humor. Subirse a un avión también era muy complicado y siempre tenía calor por eso se tuvo que casar en pantalón corto, un pantalón que aún conserva y que tiene marcado como recuerdo de esa etapa a la que no quiere volver.
