'Las Campos' continúan su expedición por las Américas para conocer más a fondo las raíces de Bigote Arrocet, pareja de María Teresa Campos. Después de visitar Argentina -y de comerse unos cuantos choripanes- el clan más mediático de la televisión española se ha vuelto a subir en un avión para dejarse caer por tierras chilenas y hacer una visita a la familia del humorista. Sin embargo, parece que los seres queridos de Edmundo, el verdadero nombre del cómico, no tienen tantas ganas de reunirse con las Kardashians ibéricas.
María Teresa Campos no podía ocultar la emoción que sentía al conocer que iba a quedar con María Gabriela, una de las hijas de su marido. "¡Qué ganas tengo de verla!", clamaba la veterana periodista, incapaz de imaginar la tormenta familiar que estaba a punto de desatarse. De este modo, mientras que el matrimonio salía por la puerta para acudir a su cita, Carmen Borrego se apresuró para contarle a su hermana la noticia que podría desatar el caos durante el viaje.
La cara que se le quedó a Terelu Campos cuando Carmen Borrego le dio la noticia | Foto: Telecinco.es"María Gabriela ha pedido expresamente que no vayamos nosotras", confirmaba la hija pequeña de María Teresa a Terelu Campos, que contestó incrédula: "¿Me lo estás diciendo de verdad?". La cara de la colaboradora de 'Sálvame' era todo un poema y se podía notar que se había llevado un auténtico fiasco. "Solo quiere comer con mamá y con Edmundo", añadió Borrego, mientras que su hermana era incapaz de cerrar la boca y salir de su asombro.
Se avecina drama...
Carmen Borrego fue muy cautelosa gestionando esta información y prefiero no darle el día a su madre: "No le amarguemos la comida y ya veremos cómo lo resolvemos". De este modo, parece que las hermanas Campos hablarán con la presentadora más adelante para no arruinar su cita con la hija de Arrocet, pero ya se puede intuir que el enfado va a ser monumental. "Me preocupa más mamá que Edmundo. La reacción de mamá no va a ser buena", apuntaba la mayor, previendo que a la periodista no le iba a sentar nada bien que vetaran a sus niñas de oro... ¡Tiembla, María Gabriela, tiembla!
