Borja González todavía está asimilando lo que ha vivido. Tras más de tres meses en Honduras, volvió a casa con el título de ganador de 'Supervivientes 2025'. En una entrevista recordaba ese momento único en el que escuchó su nombre como vencedor: "Mi cara lo dice todo, me he visto en fotos. Estaba pensando que Jorge no me estaba cogiendo la mano fuerte y que no iba a ganar. No me di cuenta ni de que la tenía levantada, escuché 'Borja' y me bloqueé ". Entre tanta emoción, solo pensaba en una persona: "Sobre todo en mi novia, que sé que le hacía más ilusión que a mí. La buscaba con la mirada, no la encontraba, hasta que por fin la cogí. No era consciente de nada más".

La aventura ha tenido de todo, pero si algo le ha costado, ha sido estar lejos de su hijo, Luca. "Eso ha sido lo más duro, sin duda", reconoce. Por eso, uno de los momentos que más le marcó fue cuando Ana, su pareja, lo visitó en la isla y le enseñó unos vídeos del pequeño dando sus primeros pasos: " Se me quedó grabado. Fue muy especial ".
Ahora, con la experiencia vivida y el premio en el bolsillo, Borja por fin ha podido abrazar a su hijo. Aunque el reencuentro fue curioso: "Me vacilaron y me dijeron que estaba en Valencia. Cuando llegué al hotel, me lo trajeron por sorpresa. No sé si me ha reconocido del todo con la barba y tal. Se quedaba mirándome como diciendo '¿Este es mi padre o quién es este?'".
Borja y Ana casi lo dejan antes de 'Supervivientes'
El ganador de 'Supervivientes 2025' ha sorprendido con una confesión inesperada durante la rueda de prensa posterior a la final del reality. El valenciano ha revelado que, apenas diez días antes de viajar a Honduras, su relación con Ana Solma atravesaba una fuerte crisis. "Nos fuimos de viaje y ahí hablamos de dejarlo, de separarnos, pero haciéndolo bien por el bien de nuestro hijo en común", explicó. La situación fue tan delicada que, según sus propias palabras, " llegué a 'Supervivientes' estando muy mal con ella, hablando de dejarlo ".

Pese a ese punto crítico, ambos decidieron darse una oportunidad. "A última hora lo arreglamos, pero yo entré con la cabeza mal. Me escondía para llorar. Fue muy duro para mí", confesó Borja. Sin embargo, ese tiempo separados también sirvió para reflexionar. "Fue ahí cuando me di cuenta de lo que hacía yo mal, ella de lo suyo". Afortunadamente, la historia tuvo un giro positivo: "Ahora estamos muy bien", concluyó.