Este lunes, Alejandra Rubio ha reaparecido en 'Vamos a ver' tras su vacaciones en Ibiza, donde fue captada junto a Carlo Costanzia en una cena que ha generado todo tipo de especulaciones. Las imágenes, grabadas sin que la pareja lo supiera, mostraban una velada aparentemente fría: sin palabras, sin gestos y con los móviles como protagonistas. El paparazzi Sergio Garrido aseguró que durante más de dos horas observó una dinámica distante entre ambos.
Sin embargo, Alejandra ha querido zanjar la polémica con una explicación directa. "Es lo más fuerte que he visto en mucho tiempo ", comenzó diciendo, visiblemente molesta por la interpretación de los hechos. Según relató, tenían una reserva en un restaurante de pasta que estaba cerrado al llegar, por lo que fueron derivados a otro local de la misma cadena. La carta no les convenció y, sin cobertura, ambos se pusieron a buscar otro sitio desde sus móviles. " Solamente estuvimos 45 minutos ", aclaró.
Lejos de tratarse de una cena incómoda, Alejandra confesó que ocurrió algo íntimo y significativo: "Pasó algo muy especial que me lo guardo para mí ". Es una tontería, pero Carlo y yo nos lo pasamos muy bien ". Con estas palabras, la hija de Terelu Campos quiso dejar claro que las imágenes no reflejan la realidad de su vínculo.

Además, la colaboradora reveló que teme las portadas e imágenes de esta semana, ya que durante su estancia en Ibiza se dejaron llevar por la espontaneidad: "Nos pusimos los dos a hacer el tonto y como saquen esas fotos me da algo ", dijo entre risas, dejando entrever que podrían aparecer fotos más comprometidas.
Una cena que no fue lo que parecía
Con esta intervención, Alejandra Rubio ha querido desmontar las teorías que apuntaban a una distancia emocional con Carlo Costanzia. Lo que para algunos fue una cena sin conexión, para ella fue un momento íntimo que prefiere guardar en privado. Una vez más, la colaboradora demuestra que no todo lo que se ve desde fuera cuenta la historia completa