El fundador de la empresa de seguridad Defuse ha revelado este hecho durante una convención de seguridad.
Una mujer de nacionalidad española ha conseguido sortear la seguridad privada de la Royal Lodge y colarse en el lugar en el que residen el Príncipe Andrés y su exmujer, Sarah Ferguson, cerca del Castillo de Windsor. La mujer, que se presentó ante los miembros de seguridad como Irene Windsor, la prometida del Príncipe, consiguió engañar a los empleados y no fue detenida hasta 40 minutos después de su ingreso en la residencia, ya que, según ha revelado Phillip Grindell, fundador de la empresa de seguridad Defuse, nadie se atrevió a preguntar directamente al hijo de la Reina Isabel II por su supuesta prometida.
Durante la Security Expo, Grindell ha contado anécdotas de su trabajo junto a otros expertos en seguridad y ha revelado este suceso que ocurrió seis meses atrás, en abril de 2022. La razón por la que ninguno de los empleados se atrevió a preguntar directamente al Príncipe Andrés se debe a su complicado trato, ya que es una persona muy difícil de llevar. "El príncipe Andrés es un grano en el culo. Si habéis trabajado alguna vez con él, sabréis que es una persona desagradable", cuenta Grindell durante su intervención, en la que asegura: "El personal de seguridad estaba aterrado, nadie quiso preguntarle directamente si esperaba la visita de verdad". Según los propios empleados de la Royal Lodge, la visita de mujeres al Príncipe en su propia residencia es algo común. En ocasiones anteriores, en las que se le ha preguntado directamente, se ha mostrado muy molesto y ha regañado a aquellos que las paraban en la puerta antes de entrar, no creyendo su coartada, lo que ha provocado que cualquier persona con una excusa tan mediocre pueda colarse en las inmediaciones del castillo y sortear la seguridad con total facilidad.
Un problema para la seguridad del Príncipe
No fue hasta 40 minutos después, cuando uno de los miembros de seguridad la vio paseando por los jardines de Windsor con un mapa de turista en el bolso, cuando fue detenida. Entre sus cosas, los guardias encontraron un rosetón para defenderse en caso de ser necesario. Tras la confesión de Grindell, otro de los expertos de seguridad que trabajó para el Príncipe en un pasado ha revelado que lo mismo ocurría cuando él trabajaba en la Royal Lodge, hace más de 20 años, siendo un grave problema para la propia seguridad del hermano del Rey Carlos III.
El complicado carácter del Príncipe Andrés ha hecho que sus propios empleados no se atrevan a "molestar al duque de York" ni ante aquello que puede suponer una verdadera amenaza para su propia seguridad. Mientras que la intención de la mujer, cuya identidad no ha sido revelada, no era la de dañar al Príncipe, la facilidad con la que entró a la residencia supone una verdadera brecha en la seguridad del Duque de York.