Durante la grabación organizada por la Escuela Europea Luxemburgo II, el Gran Duque de Luxemburgo y la Gran Duquesa María Teresa compartieron una conversación cercana con un grupo de estudiantes. Respondieron a preguntas formuladas en varios idiomas. El encuentro se centró tanto en aspectos personales como institucionales, permitiendo a los Duques reflexionar sobre los retos de su reinado, los cambios vividos por el país en las últimas décadas y la transformación de su rol como figuras públicas. Esta actividad formó parte de los actos previos a la jubilación de Enrique, que se celebrará en junio, cuando se cumplen 25 años dese su ascenso al trono.
Uno de los momentos más personales del diálogo llegó cuando los estudiantes preguntaron por el impacto del deber institucional en la vida familiar. La Gran Duquesa María Teresa admitió con honestidad que no fue una tarea sencilla. Explicó que, aunque siempre buscaron priorizar a sus hijos, sus responsabilidades los obligó a hacer constantes sacrificios. " no ha sido fácil ", declaró.
El Gran Duque, por su parte, se mostró especialmente abierto al hablar del futuro. Confesó sentirse aliviado por la cercanía de su abdicación, que tendrá lugar el 3 de octubre, cuando su hijo mayor, el Príncipe heredero Guillermo, lo sucederá en el trono. "Nos sentimos enormemente aliviados de poder empezar otra vida", afirmó. A sus 70 años, Enrique explicó que desea centrarse más en su familia, especialmente en su ocho nietos. Tanto él como la Gran Duquesa consideran que ha llegado el momento de priorizar su rol como abuelos.
Sin embargo, los soberanos aclararon que no piensan retirarse por completo de la esfera pública. Aunque dejarán atrás el protocolo real, ambos planean mantenerse activos en causas sociales. Enrique habló de su interés por nuevos proyectos relacionados con el ámbito internacional, mientras que María Teresa reafirmó su compromiso con iniciativas humanitarias como la defensa de los derechos de las mujeres y la lucha contra la exclusión.

El podcast dejó al descubierto el lado más humano de una pareja que ha pasado gran parte de su vida al servicio de un país. Enrique y María Teresa se despidieron del encuentro agradecidos por el diálogo con los jóvenes y con esperanza ante lo que viene. Después de 25 años, la figura del Gran Duque se transforma de jefe de Estado a abuelo presente.