Galería: La Familia Real Danesa en imágenes
Federico y Mary de Dinamarca protagonizaron una esperada reaparición tras 25 días de absoluto silencio mediático. Los Reyes de Dinamarca llegaron al Castillo de Gråsten acompañados por dos de sus hijos la Princesa Isabella y el Príncipe Vincent, dando comienzo a la tradicional estancia estival de la Familia Real Danesa en esta residencia. La llegada fue celebrada con música, flores y la bandera del reino ondeando en la propiedad, que se convierte durante semanas en refugio familiar.
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Federico y Mary de Dinamarca en Gråsten | Foto: Casa Real DanesaLa ausencia prolongada de los Reyes Federico y Mary había generado especulaciones sobre su paradero, especialmente porque la regencia del país pasó de manos del Príncipe heredero Christian a las de la Reina Margarita. Aunque la Casa Real no ha confirmado su destino, se cree que la Reina pudo haber viajado a Australia para visitar a su padre, cuya salud se ha resentido en los últimos meses. También se barajó la posibilidad de que los Reyes estuvieran en el castillo de Cayx, propiedad de la familia en Francia.
Según publicó Billed Bladet, el descanso veraniego de los Reyes se extendió en dos ocasiones, lo que llevó a la Reina Margarita a asumir temporalmente la regencia del país. Esta ampliación de las vacaciones privadas generó cierta controversia en Dinamarca, al tratarse de una práctica que ya había sido criticada anteriormente por la ciudadanía. De hecho, esta reaparición en Gråsten marca el inicio de las vacaciones oficiales del matrimonio real, en un gesto de retorno a la actividad pública.
Federico y Mary de Dinamarca y sus hijos Isabella y Vincent de Dinamarca en Gråsten | Foto: Casa Real DanesaEn esta primera aparición, Mary ha optado por un look discreto y funcional: un vestido de ME + EM que ya había lucido en Nigeria, combinado con zapatos camel de tacón bajo que le dieron algún que otro problema. Por su parte, la Princesa Isabella ha acaparado miradas con un vestido floral de Diane von Furstenberg y un earcuff azul, mientras que el Príncipe Vincent ha apostado por un estilo clásico sin corbata, muy similar al de su padre.
Según relatan los medios daneses, la jornada también dejó una escena espontánea que despertó simpatía entre los presentes: mientras saludaba al público, Mary se quedó rezagada y tuvo que correr para alcanzar al resto de la familia, provocando sonrisas entre los vecinos congregados. Poco después, al llegar al Ayuntamiento, fue grabada sacudiéndose la falda tras la picadura de una avispa, lo que obligó a la Reina a entrar al edificio bajo la mirada preocupada de Federico.
Durante el acto de bienvenida, el Rey agradeció la calidez del recibimiento y explicó que los otros dos hijos del matrimonio, Christian y Josephine, se unirán próximamente a la familia en Gråsten. El Monarca también recordó que, pese a las vacaciones privadas, este castillo sigue siendo el punto de encuentro estival por excelencia para los royals daneses. La presencia de Isabella y Vincent ha sido especialmente celebrada, ya que contribuye a reforzar el vínculo intergeneracional entre la Corona y los habitantes de la región.
El palacio que une a la familia real
El Castillo de Gråsten, situado en el sur de Jutlandia, es mucho más que una residencia de verano. Regalo de bodas en 1935 a los entonces Príncipes Herederos Federico e Ingrid, se ha convertido en símbolo de tradición y unidad familiar. Rodeado de jardines de estilo inglés y con una iglesia barroca que sobrevivió a un incendio en el siglo XVIII, el palacio representa el corazón emocional de la monarquía danesa. Cada verano, la Familia Real Danesa se instala allí, reforzando el vínculo con la comunidad local y ofreciendo una imagen de cercanía que contrasta con el hermetismo de sus vacaciones privadas.
Durante su estancia, los Reyes habitarán el interior del palacio (cerrado al público) mientras que los jardines abrirán en días señalados para el disfrute de vecinos y turistas. Además, como parte de la tradición estival, la Guardia Real desfilará cada día por las calles de Gråsten hasta el castillo, acompañada por tamborileros que marcan el ritmo de este homenaje cotidiano a la Monarquía.
