Galería: Graduación de Elisabeth de Bélgica
El pasado jueves 22 de mayo, el Presidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva que prohíbe la renovación de visados a estudiantes de posgrado extranjeros en instituciones acusadas de "sesgo ideológico y antisemitismo", citando directamente a Harvard y otras universidades de la Ivy League. La medida amenaza con recortar 9.000 millones de dólares en subvenciones federales a esos centros. El choque entre la Casa Blanca y Harvard alcanzó un punto crítico hace apenas unas semanas, cuando el gobierno estadounidense advirtió de sanciones por supuesta permisividad ante actitudes antisemitas en el campus.
Ante la orden presidencial, la Universidad de Harvard interpuso una demanda alegando que la decisión vulnera la Constitución y los derechos de sus alumnos. Una juez federal ha paralizado la medida cautelarmente, lo que da un respiro a los afectados, entre ellos la Princesa Elisabeth de Bélgica. No obstante, el contencioso judicial podría alargarse meses, generando una incertidumbre permanente sobre quién podrá matricularse o continuar sus estudios el próximo curso. Los abogados de la universidad insisten en que, de no revertirse la orden, se pondría en riesgo la reputación académica de EE UU y su capacidad de atraer talento global.
La Casa Real belga comunicó que la heredera, que finalizó su primer año de Máster en Políticas Públicas en Harvard, pasará el verano en Bruselas con sus padres y hermanos. " Estamos analizando el desarrollo del proceso judicial para valorar el impacto en la Princesa ", explicó el portavoz real, que subrayó que aún es "prematuro" determinar si Elisabeth podrá retomar sus clases en otoño. La joven confía en que la paralización cautelar sea definitiva, aunque deberá esperar al fallo definitivo del tribunal.
Repercusiones para la Infanta Sofía
En paralelo, el tenso enfrentamiento también ha encendido las alarmas en la Casa Real española. La Infanta Sofía ha concluido sus estudios de bachillerato en Gales y existía la posibilidad de enviarla a Estados Unidos para continuar su formación, tal como hizo Felipe VI en 1993 con Georgetown. Sin embargo, ante la actual polémica, los Reyes Felipe y Letizia sopesan opciones alternativas en Europa, temiendo que la situación de los visados y la inestabilidad legislativa dificulte el acceso a universidades estadounidenses de primer nivel.
El pulso entre Trump y las élites académicas amenaza con reconfigurar las trayectorias de los estudiantes reales europeos. Para Elisabeth de Bélgica y la Infanta Sofía, el próximo curso se presenta como un dilema: prolongar su internacionalización o reorientar sus carreras hacia entornos académicos más estables en un continente aún libre de esas tensiones.