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Nueve meses después de su última aparición oficial junto atoda la Familia Real, a excepción de la entrega de despachos en la Escuela Naval Militar de Marín, que tuvo lugar el 16 de julio de 2025, la Princesa Leonor ha reaparecido el 24 de julio de 2025 en el Gran Teatre del Liceu de Barcelona. La ocasión no podía ser más significativa: la entrega de los Premios Princesa de Girona 2025. En esta edición, marcada por un discurso maduro y emotivo, la Princesa Leonor no solo ha brillado con sus palabras, sino también con su presencia serena y firme, consolidando su rol como figura pública y futura jefa de Estado.
La Princesa de Asturias y de Girona ha abierto su discurso en catalán, como ya es tradición en estos premios, y ha rendido homenaje a la ciudad anfitriona y a una de sus voces literarias más universales: Eduardo Mendoza, autor de 'La ciudad de los prodigios', que en 2025 ha sido reconocido con el Premio Princesa de Asturias de las Letras. Con una mención a sus "lecturas estivales" del escritor, la Princesa ha enlazado el espíritu de Girona con el de Oviedo. La referencia al Liceu como "santuario de las artes" ha añadido un matiz emotivo a sus palabras.
Más allá de los elogios, Leonor dejó un mensaje muy claro en su discurso: lo importante no es hacer las cosas rápido, sino hacerlas bien y con sentido. Habló del esfuerzo silencioso, de la importancia de tener un propósito, del trabajo constante y de pensar en el bien común, y eso dice mucho de cómo entiende ella su papel como futura Reina. Agradeció también a los responsables de la Fundación Princesa de Girona por apoyar a jóvenes con ganas de cambiar el mundo.
Una imagen cada vez más cercana
El acto en el Liceu fue una prueba más de cómo Leonor va ganando seguridad y naturalidad en cada aparición pública. Se la vio cómoda, serena y muy metida en lo que decía. Ya no sorprende que domine el catalán, que haga referencias culturales con sentido o que conecte fácilmente con el público. Cada gesto, cada palabra, refuerza su imagen como una joven preparada y comprometida con lo que representa.

El aplauso final no fue solo una formalidad. Se notó que la gente la escucha con atención y empieza a ver en ella algo más que una figura institucional. la Princesa Leonor está encontrando su estilo: serio cuando hace falta, pero cercano y natural. Con actos como este, deja claro que no solo está preparándose para ser Reina, sino que quiere hacerlo de una forma moderna, y conectada con su tiempo.