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Más allá de 'La Bella y la Bestia': la reinvención más reivindicativa de un clásico

El clásico de Disney se reinventa y gracias, en gran parte, a su nueva Bella. Esto es todo lo que ha querido reivindicar Emma Watson.

Marta Torres 28 Marzo 2017 en Bekia

El pasado 17 de marzo 'La Bella y la Bestia', uno de los estrenos más esperados de 2017, llegó por fin a los cines de todo el mundo. Como si fuera el gran fenómeno del año, niños y adultos corrieron a disfrutar del remake de la famosa película de Disney. ¿La diferencia con el filme de animación de 1991? Personajes humanos y muchos mensajes tras las imágenes.

El remake de 'La bella y la bestia' nos hace viajar en el tiempo y, como si fuéramos niños de seis años, nos invade con toda su magia desde el minuto uno. Un impresionante castillo, un príncipe y un hechizo conforman el inicio de este regreso tan esperado, metiéndonos de lleno en un mundo de fantasía. Tras unos minutos, oímos los míticos "Bonjour" de los aldeanos y a Emma Watson, la nueva Bella, entonando: "Ya llega el panadero como siempre, su mismo pan viene a traer (...)".

La película, realizada por Bill Condon, cuenta con la presencia de un reparto privilegiado. La estrella indiscutible es Emma Watson, archiconocida por su papel de Hermione en la saga de 'Harry Potter'. Su debut como princesa Disney era de lo más esperado, seguido de la Bestia, interpretada por Dan Stevens, cuyos ojos azules ya nos encandilaron en la serie británica 'Downton Abbey'. En la piel de Gastón encontramos a Luke Evans, acompañado por Josh Gad como LeFou, su mano derecha. Tampoco hay que olvidar al clan formado por Lumière (Ewan McGregor), Din Don (Ian McKellen) o la Sra. Potts (Emma Thompson).

Todos hemos oído alguna vez la famosa frase que este tradicional cuento dicta: "No permitas que las apariencias te engañen, la verdadera belleza está en el interior". Haciéndonos eco de ésta, no solo hay que quedarse con lo que nuestros ojos ven a lo largo de la película, sino que hay mucho más de lo que a simple vista se ve.

El personaje de Bella siempre se ha distinguido por ser muy diferente a las típicas princesas Disney. Desde el primer momento, se alza como una ''rebelde'' en una época donde el objetivo de la mujer era casarse, tener hijos y, por ende, cuidar de la familia, limpiar y cocinar. En ese contexto, Bella nada a contracorriente haciendo lo que desea y tomando sus propias decisiones, mientras que el resto de la gente la mira como si fuera un bicho raro. Esa libertad que transmite es, en cierto modo, un reflejo de los valores que defiende Emma Watson, un referente indiscutible del feminismo en la actualidad. Ante esto, parece que el papel de Bella estaba destinado a ser suyo.

En los últimos años la actriz británica ha protagonizado numerosos titulares por ser un ejemplo en la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres y Watson, como admiradora del personaje desde su infancia, tenía claro que quería transmitir los valores que siempre ha defendido. Ella misma afirmó que Bella representa la libertad y que lo único que ha hecho es reinventarla, pero manteniendo su esencia y espíritu.

De esta forma, en la película vemos un fuerte contraste entre la protagonista y el resto de mujeres de la aldea. Como si fuera la viva imagen de Emma, quien está licenciada en Literatura Inglesa, Bella es una amante de los libros y tiene curiosidad por qué hay más allá de Villeneuve, la aldea francesa en la que vive. Su deseo es descubrir el mundo y ser alguien, no limitarse a casarse y tener hijos. Nacida en París, fue educada por su padre Maurice, figura que también simboliza el derecho de la mujer a ser libre y elegir el camino de su vida, dando total autonomía a su hija.

Además, como apasionada de la lectura, se ve cómo en el filme Bella trata de enseñar a leer a las niñas de la aldea para que éstas no solo se dediquen a ayudar a sus madres, sino que aprendan. Por esta actitud y pensamiento revolucionario, recibe malas miradas de las mujeres y el reproche del maestro de la escuela, a la que solo acuden niños.

Otro de los aspectos más destacados es el vestuario de Bella, quien luce diferentes conjuntos, pero todos con un factor en común: la comodidad. Tan es así, que vemos al personaje de Disney con pantalones holgados debajo de la falda y con una parte de ésta un poco levantada para poder moverse sin dificultad y montar a caballo. Sumado a esto, lleva calzado cómodo como botas y una especie de delantal/cinturón para guardar cosas.

Tanto Emma Watson como el equipo de vestuario querían que las prendas fueran generalmente cómodas, pero manteniendo la estética del clásico Disney (los tonos azules, el vestido amarillo o la capa roja). Jacqueline Durran, responsable de vestuario de la película, afirmó: "La nueva Bella es una princesa activa por lo que Emma no quería un vestido que obstaculizara sus movimientos. Tampoco los zapatos podían impedir que corriera". En esta línea, la actriz, promotora de la campaña por la igualdad de género He for She, se negó a llevar corsé por ser una prenda que oprime a las mujeres y muestra un modelo de mujer que no quería dar a las niñas. Así, frente a la típica imagen de Bella con el vestido amarillo encorsetado, vemos a Watson con prendas más sueltas que permiten a su personaje moverse libremente, como reflejo de su personalidad.

Uno de los aspectos más sorprendentes fue la decisión de incluir un personaje homosexual en la historia. Un punto a favor para Disney que lo incorpora de manera natural y nada brusca, hecho que hace que los niños no lo vean como algo raro o atípico. Sin embargo, a pesar de ser un fragmento muy breve y de vivir en el siglo XXI, han surgido detractores del personaje gay, considerando que por culpa de éste no pueden llevar a sus hijos, sobrinos o nietos a ver la película. También, se sembró la polémica en algunos países como, por ejemplo, en el estado de Alabama en Estados Unidos, donde el propietario de un cine anunció que no proyectaría la cinta por considerarla no adecuada para los niños. Rusia, por su parte, calificó la película para mayores de 16 años y en Malasia se plantearon quitar la parte donde el personaje muestra interés hacia otro hombre, pero al final mantuvieron la versión original.

Todo estos factores han contribuido a que 'La Bella y la Bestia' no sea un simple remake del clásico Disney, sino una renovación y una adaptación a nuestro tiempo, reivindicando la igualdad y los derechos de la mujer. Se da así una imagen más educativa y positiva a los mas pequeños, sin olvidar, por supuesto, la mítica enseñanza del cuento: no nos dejemos llevar por las apariencias.

La reinvención del clásico fortalece la imagen de mujer independiente que caracteriza a 'La Bella y la Bestia'. Y, a pesar de los cambios realizados, la historia no pierde su naturaleza y ha tenido un éxito espectacular, recaudando solo en su primer fin de semana en Estados Unidos, 170 millones de dólares. Esto ha hecho que la cinta de Bill Condon se coloque en el ranking de los mejores estrenos de la historia del país norteamericano.

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