-
-
-
-
-
-
-
La imagen de Kristin Cabot abrazando a Andy Byron en el estadio Gillette de Boston durante el concierto de Coldplay se volvió viral. Captados por la 'Kiss cam', el gesto provocó una oleada de especulaciones sobre una posible infidelidad. La reacción fue inmediata: Megan Kerrigan Byron, esposa de Andy, abandonó el domicilio familiar, y Kristin renunció a su puesto como directora de recursos humanos en Astronomer.
Ahora, según revela The Times, se ha confirmado que Andrew Cabot, marido de Kristin, también asistió al concierto... acompañado por otra mujer. "De hecho, estuvo en el mismo concierto de Coldplay que Kristin ", asegura la publicación. La mujer que le acompañaba es su actual pareja, y el matrimonio llevaba ya semanas separado y viviendo por separado. "Fue una separación amistosa", aclaran fuentes cercanas.
📷 | La mujer pillada en la 'kiss cam' de Coldplay con el CEO de Astronomer pide el divorcio
— El Periódico (@elperiodico) September 8, 2025
Durante un concierto el pasado 16 de julio, la pareja fue apuntada con la 'kiss cam' y su reacción se viralizó en redes socialeshttps://t.co/g6JRVQ05Ydpic.twitter.com/j0uFmSdZrZ
La pregunta que muchos se hacían era por qué Andrew no salió en defensa de su exmujer tras la polémica. La respuesta, según su portavoz, es que al estar en proceso de divorcio "no podía hacer declaraciones públicas". Aun así, quiso dejar claro que " no fue infidelidad, o al menos no de parte de ella", y que la ruptura se había producido antes del concierto.
Tras el escándalo, Kristin Cabot se retiró de la vida pública para proteger a sus hijos. La ejecutiva, que había mantenido una trayectoria profesional impecable, se vio obligada a dimitir mientras Andy Byron, el hombre con el que fue vista, también abandonaba su cargo como CEO. La presión mediática fue tal que incluso Chris Martin, líder de Coldplay, bromeó en directo sobre la escena: " O están teniendo una aventura o simplemente son muy tímidos ".
Una historia muy distinta a la que parecía
La revelación de que Andrew también tenía compañía en el concierto cambia por completo la narrativa. Kristin no se escondía, porque no tenía nada que ocultar. El foco mediático, que la señaló como protagonista de una supuesta traición, se desvanece ante una realidad más compleja: una separación ya iniciada, dos vidas que avanzaban por separado y una escena que, lejos de ser escandalosa, reflejaba una intimidad malinterpretada.
