La firma de moda de Paz Padilla, conocida por utilizar como logotipo una estilizada "raspa" de pez, ha sido señalada por presunto plagio por parte de una pequeña marca que asegura haber diseñado ese emblema mucho antes. Según revelaron esta semana los periodistas Kike Quintana y Pedro J. Fernández en el programa 'Tardear', la historia se remonta a 2019, cuando los responsables de esa marca recibieron una llamada de alguien del entorno de Padilla interesándose por adquirir prendas con ese diseño. Ante la negativa a vender el género, la humorista lanzó una firma propia de ropa con una imagen casi idéntica.
Kike Quintana, colaborador habitual del espacio de Telecinco, fue quien destapó el caso al mostrar públicamente una prenda original con el diseño de la raspa anterior a la marca de Paz Padilla. Según él, todo comenzó en 2019, seguido por el rechazo de la firma original a vender su producto. A los pocos meses, Padilla lanzó su línea de moda con una imagen extremadamente parecida. La confusión entre clientas no tardó en producirse, y la pequeña marca comenzó a recibir llamadas de consumidoras que pensaban que ambas empresas estaban vinculadas. Fue entonces cuando se iniciaron consultas legales que no desembocaron en ninguna denuncia.
Pese a tener argumentos jurídicos sólidos para iniciar acciones legales, los propietarios de la marca afectada decidieron no llevar el caso a los tribunales. Así lo reveló el periodista Pedro J. Fernández en el mismo programa. No obstante, la pequeña empresa se echó atrás, temiendo las consecuencias de enfrentarse a una figura pública tan mediática como Paz Padilla. "Tenían todas las de ganar, pero sabían que se meterían en un torbellino mediático que podría arruinarles ", apuntó el periodista.
Paz Padilla guarda silencio y evita pronunciarse
En medio del creciente revuelo, Paz Padilla ha sido abordada por periodistas para conocer su versión de los hechos. Sin embargo, la humorista ha optado por mantenerse al margen del conflicto y ofrecer respuestas vagas que no aclaran su papel en toda esta historia. En declaraciones a Europa Press, Padilla evitó profundizar y se limitó a frases genéricas, sin hacer mención directa al contacto previo con la marca denunciante ni al parecido entre los diseños.
El caso de la "raspa" ha traspasado los platós de televisión y se ha instalado con fuerza en las redes sociales, donde los usuarios se dividen entre quienes defienden la integridad de Paz Padilla y quienes denuncian un abuso de poder encubierto. Este conflicto ha puesto sobre la mesa una realidad preocupante: muchas firmas emergentes se ven obligadas a elegir entre denunciar y desaparecer, o callar y resignarse a perder su identidad.