El Juzgado de Primera Instancia de Barcelona ha decretado la paralización provisional del desahucio que pesaba sobre Carlos Caballé, hermano de la soprano Montserrat Caballé, y residente en el inmueble que también alberga la sede de la fundación que lleva su nombre. La jueza ha concedido una moratoria de al menos cuatro meses tras apreciar una situación de vulnerabilidad económica y social que impide al afectado afrontar el pago de la deuda acumulada.
Según ha publicado ABC, los ingresos mensuales de Carlos Caballé rondarían los 564 euros, una cifra que lo sitúa en el umbral de exclusión y que ha sido respaldada por un informe de los servicios sociales. La deuda total supera los 41.000 euros, de los cuales cerca de 22.500 corresponden al impago del alquiler por parte de Carlos, y el resto a la Fundación Privada Montserrat Caballé, que también ha dejado de abonar varias mensualidades desde 2023.
La parte demandante, sin embargo, ha mostrado su total disconformidad con la decisión judicial. Alegan que no se ha acreditado debidamente la situación económica del demandado y que el alquiler es compartido con la Fundación, lo que complica aún más la resolución del conflicto. Además, denuncian perjuicios económicos derivados del tiempo transcurrido sin que se regularicen los pagos, y advierten que no se ha aportado documentación suficiente en las actuaciones judiciales.
Durante este periodo de moratoria, se espera que las Administraciones Públicas puedan intervenir y ofrecer soluciones habitacionales o ayudas que eviten un desenlace más dramático. La jueza ha dejado claro que, si no se encuentra una alternativa viable, el proceso se reanudará automáticamente una vez transcurrido el plazo.
Un alivio temporal
La paralización del desahucio supone un respiro para la Fundación Montserrat Caballé, que atraviesa una de sus etapas más delicadas desde su creación en 2019. Aunque el comunicado oficial insiste en que la actividad fundacional no se verá afectada, la situación económica sigue siendo crítica. Por ahora, el legado de la soprano permanece en pie, pero la estabilidad de su memoria institucional depende de que se logre una solución definitiva antes de que expire la moratoria.