La papreja ha sido vista regresando de uno de los destinos preferidos dentro de España a pesar de la pandemia.
Juana Acosta y su novio, el financiero francés Charles Azalet, acaban de ser vistos en el aeropuerto de Madrid después de que hayan disfrutado de un viaje más que romántico en Formentera. Los dos han demostrado que su relación cada vez es más sólida y es por eso que son muchas las ocasiones en las que han sido vistos juntos a pesar de las circunstancias dadas debido a la pandemia.
Fue poco más de año atrás cuando Juana Acosta comenzaba una nueva relación a su lado después de su ruptura con el arquitecto Oliver Sancho, algo que ella misma se encargó de confirmar. Antes había mantenido una relación bastante duradera con Ernesto Alterio, también actor, con el que tiene una hija en común. Los dos pasaron juntos el confinamiento en Madrid y al parecer les hizo conocerse aún más para que su relación se consolidara. Durante el verano de 2020 hicieron planes juntos, y aunque suelen ser discretos con su relación, no tienen inconveniente en ser cariñosos por la calle a pesar de que puedan ser fotografiados por la prensa. Una de las veces que pudieron ser vistos juntos fue durante el Festival de Málaga o también en los Premios Goya.
En el mes de agosto de 2020 fue cuando la actriz colombiana hizo oficial su relación con el francés y ahora, aprovechando que ya no hay estado de alarma y que se pueden hacer más planes, han hecho las maletas para escaparse a una de las islas más bonitas de España, un destino que siempre ha sido muy concurrido y que ahora a pesar de la pandemia no ha dejado de serlo, porque aunque haya menos turismo, son muchos los viajeros que eligen esta isla Pitiusa. Poco antes de que tuviera lugar el confinamiento por el coronavirus fueron vistos juntos en París, momento en el que saltaron las alarmas y comenzaron los rumores sobre su posible relación. De vuelta a casa
Pese a que seguro que han disfruto mucho juntos en este lugar, el semblante serio en su regreso a Madrid les acompañaba, quizás por el cansancio del viaje y porque al fin y al cabo entristece el regreso a casa tras un viaje de ensueño.