Jeff Bezos y Lauren Sánchez soñaban con una boda de película en Venecia. Alquilaron hoteles, reservaron taxis acuáticos y reunieron a una lista de invitados famosos para celebrar a lo grande. Pero el plan se torció. Las crecientes tensiones geopolíticas entre Estados Unidos e Irán y, sobre todo, la fuerte oposición de los vecinos de la ciudad ha obligado a la pareja a cambiar de escenario a última hora. La fiesta final, que iba a celebrarse en la elegante Scuola Grande della Misericordia, se traslada ahora al Arsenal de Venecia, un complejo militar más seguro y fácil de controlar.
Hay famosos que cierran un museo para verlo sin los fastidiosos turistas. ? Otros, como Jeff Bezos, alquilan una ciudad entera para casarse en tranquilidad. Va a pasar en Venecia en unos días. Algunos, no muchos, están protestando. ?
? Ayer en San Giorgio Maggiore. https://t.co/i5C9cGELlApic.twitter.com/g8xJ0wPbbR— Inma (@isl1965) June 13, 2025
El ambiente en la ciudad no es precisamente de celebración. En lugar de alfombras rojas, Venecia se ha llenado de protestas, pancartas y vecinos organizados bajo el lema "no hay espacio para Bezos". Y el motivo estaría en lo que que muchos ven como un acto de arrogancia: alquilar prácticamente media ciudad para una boda, en una ciudad que ya sufre los efectos del turismo masivo. " No se puede tratar Venecia como un parque temático privado ", dicen. Los residentes han anunciado bloqueos simbólicos, canales cortados con kayaks entre otras muchas acciones.
El descontento se ha dejado ver también en las alturas. Días antes, activistas desplegaron una pancarta gigante en la torre de San Giorgio Maggiore con el nombre de Bezos tachado. Además, Greenpeace y el colectivo 'Everyone Hates Elon' colgaron otra que decía: " Si puedes alquilar Venecia para tu boda, puedes pagar más impuestos ". Aunque Bezos ha hecho donaciones a proyectos locales de conservación, muchos consideran que un millón de euros es una limosna frente a los 16 millones que, según se estima, costará la celebración.
En el fondo, la indignación no va solo contra Bezos, sino contra lo que representa. Su boda se ha convertido en el símbolo de un modelo que muchos venecianos rechazan: una ciudad histórica convertida en escaparate de lujo, donde los habitantes luchan por no desaparecer. "Esto no va solo de un millonario y su fiesta", decía un vecino. "Esto va de que todavía estamos aquí, y de que no vamos a quedarnos callados mientras nos compran pedazo a pedazo ".
Cambios de última hora
Además de cambiar el lugar de la fiesta, Bezos también ha cancelado la llegada de su superyate 'Koru' y su barco de apoyo 'Abeona', que iban a atracar en primera fila en la laguna. La decisión parece una respuesta directa a la amenaza de protestas, pues ambas embarcaciones se habrían convertido en el blanco perfecto para la rabia de los activistas.