La celebración del centenario del hotel Le Bristol Paris reunió a un selecto grupo de invitados en el espacio AP House Madrid-La Suite, en plena calle Serrano. Entre ellos, Tamara Falcó e Iñigo Onieva, quienes acudieron como pareja pero dejaron impresiones muy distintas. Mientras Tamara se mostró cercana, simpática y participativa, Iñigo mantuvo un perfil bajo, con gestos de desgana que llamaron la atención.

Según testigos citados por Semana, Onieva parecía estar allí por compromiso: "Apático, ausente, pasota", describen. Su actitud generó comentarios entre los comensales, que lo vieron "como si quisiera marcharse a casa en todo momento". Mientras la Marquesa de Griñón proponía temas de conversación y se interesaba por el bienestar de los asistentes, Iñigo respondía con monosílabos y mala cara.
Este contraste ha reavivado los rumores sobre la relación entre ambos, que ya ha atravesado momentos delicados en el pasado. A pesar de ello, la pareja celebró recientemente su segundo aniversario de bodas con una escapada a la Provenza francesa, compartiendo imágenes románticas en redes sociales.
¿Un mal día o algo más?
La diferencia de actitud entre Tamara e Íñigo en esta velada ha sido descrita como "la noche y el día". Aunque algunos atribuyen a un mal momento puntual, otros ven en este episodio una señal de desconexión emocional. Por ahora, la pareja guarda silencio, mientras las imágenes y los gestos siguen hablando por ellos.
La actitud de Íñigo Onieva ha sorprendido aún más por el contexto en el que se produjo: la cena homenajeaba al hotel Le Bristol Paris, el mismo donde él y Tamara celebraron su primer aniversario de bodas. Un lugar cargado de recuerdos románticos que, sin embargo, no pareció despertar entusiasmo en el empresario. El contraste entre el entorno elegante y su desgana ha dejado a muchos preguntándose si se trató de un mal día... o de algo más profundo.