La Sección Segunda de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional ha condenado al actor Imanol Arias a dos años y dos meses de prisión por la comisión de cinco delitos fiscales entre 2010 y 2014. El intérprete reconoció en el juicio oral haber defraudado más de dos millones de euros a Hacienda mediante un entramado societario ideado por el despacho Nummaria, con la finalidad de ocultar sus ingresos reales y reducir drásticamente su tributación. La confesión de Arias, unida a la devolución íntegra del dinero defraudado le permitió llegar a un acuerdo con la Fiscalía Anticorrupción, que rebajó sustancialmente su petición de pena.
En contraposición a la condena de Arias, la Audiencia Nacional ha absuelto a la actriz Ana Duato de todos los delitos fiscales de los que había sido acusada. Según la sentencia, Duato declaró la totalidad de sus ingresos, aunque aplicó una reducción del 60% en su IRPF por haber transformado parte de esos ingresos en rentas vitalicias, una práctica que fue inicialmente aceptada por la Agencia Tributaria y rechazada posteriormente. La Sala concluye que la actuación de la intérprete no constituye un delito, ya que no superó el umbral de los 120.000 euros exigido para considerar delito fiscal.
El principal condenado en esta causa es Fernando Peña, asesor fiscal y contable responsable del despacho Nummaria, quien ha sido sentenciado a 80 años de cárcel como autor de un complejo entramado de ingeniería fiscal al servicio de decenas de clientes. Según la sentencia, Peña ideó y ejecutó un sofisticado sistema de sociedades pantalla con sede en países como Costa Rica, Inglaterra, Canadá, Uruguay y Luxemburgo. Este sistema permitía a sus clientes ocultar ingresos y eludir el pago de impuestos de manera sistemática, bajo la apariencia de una asesoría fiscal convencional.
La Audiencia descarta la existencia de organización criminal
Uno de los elementos más relevantes de la sentencia de 275 páginas, es la absolución de todos los acusados del delito de pertenencia a organización criminal. La Sala entiende que el despacho Nummaria no fue concebido exclusivamente con fines delictivos, sino como un espacio de asesoría fiscal y contable, aunque algunos de sus servicios fueran desviados hacia prácticas fraudulentas. En base a esta interpretación, se absuelve a 19 de los acusados, incluidos varios trabajadores del despacho y el productor Miguel Ángel Bernardeau.
El fallo judicial detalla con minuciosidad el modo en que Fernando Peña y su equipo elaboraban estructuras fiscales destinadas a enmascarar ingresos y simular operaciones económicas ficticias. Estas estructuras incluían la constitución de sociedades en el extranjero, la canalización de ingresos por medio de testaferros y la transformación de rentas del trabajo en rentas vitalicias para beneficiarse de deducciones fiscales.