Quizás, este hecho llevó a que muchos se obsesionaran con su imponente físico. Entre ellos, Michael David Barret, un ejecutivo de una compañía de seguros de Chicago que se obsesionó con Erin Andrews. En 2008, Erin Andrews confesó que había sido grabada completamente desnuda por un acosador en una habitación de un hotel de Nashville, Tennessee, concretamente, en un hotel de la cadena Marriot. Tras aquello, el hombre reincidió y volvió a grabar a la periodista en otro hotel de Columbus, en Ohio.
La humillación, no tiene precio
A los abogados de Andrews no les pareció suficiente comparado con la humillación que ésta había sufrido y alegaron que el hotel pudo haber hecho algo para impedirlo, ya que Barret forzó la cerradura de la puerta para utilizar su teléfono y grabar a la periodista. Finalmente, West End Partners, dueño de la franquicia Marriot en Nashville y Windsor Capital Group, junto a Barret han sido condenados a pagar 55 millones de dólares a Erin Andres.
Durante el juicio, Andrews tuvo que hacer algunas declaraciones muy duras entre lágrimas: "Pienso en ello cada día", dijo. "Uno de los peores pensamientos que tengo es cuando camino alrededor de un estadio y pienso: 'Dios mío, todo el mundo en este estadio ha visto ese vídeo. Está en internet ahora mismo... va a estar en internet hasta el día en que me muera", sentenció la periodista.