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Eduardo Casanova ha anunciado públicamente que tiene VIH. El actor y cineasta madrileño, de 34 años, compartió en su cuenta de Instagram un mensaje acompañado de un vídeo con el adelanto de un documental sobre su vida que dirige el periodista Jordi Évole. " Hoy rompo este silencio tan desagradable y doloroso después de muchísimos años. Lo hago cuando yo quiero, cuando yo puedo. Lo hago por mí, pero deseo que esto pueda ayudar a más gente ", escribió.
El proyecto, que se estrenará en cines en 2026, será una película documental producida por Évole y Atresmedia. Casanova explicó que lo hace "a su manera, a través del cine", su forma de comunicarse. El anuncio llega menos de un mes después del estreno de 'Silencio', su primera serie como creador en Movistar Plus+, presentada el 1 de diciembre, Día Mundial del Sida, y que aborda el estigma del VIH con humor, fantasía y mirada social.
En su mensaje, Casanova subrayó que lo hace "con dignidad": " La dignidad debería ser la forma en la que todas las personas con VIH pudieran salir del armario ". El actor denunció que cerca del 80% de las personas con VIH no han compartido su diagnóstico por miedo al rechazo y la invisibilización.
Durante la promoción de Silencio, Casanova ya había advertido que quería romper con la narrativa tradicional sobre el VIH y el sida: " Siempre son las mismas: memoria, hombres homosexuales, hombres drogadictos, catástrofe y muerte. Y creo que estamos a punto de vivir una revolución. El VIH parece un tema olvidado y no debe serlo ".
El cineasta también participa en 'Aída y vuelta', dirigida por Paco León, donde interpreta a sí mismo en una recreación ficticia de la última semana de rodaje de la serie que lo lanzó a la fama. En la película, su personaje muestra el conflicto interno de no saber cómo contar a sus compañeros que padece VIH. El filme llegará a los cines el 30 de enero de 2026.
El silencio, el verdadero enemigo
Casanova quiso destacar los avances médicos: " Con una pastilla al día o un pinchazo cada dos meses no desarrollas sida, eres intransmisible y la medicación no tiene efectos secundarios". Sin embargo, alertó de que el verdadero peligro está en el silencio: "Los problemas de salud mental, la ansiedad y la depresión sí son mortales. Una infección tratada no supone ningún peligro para nadie, pero el silencio sí lo es".
