El último episodio del prolongado conflicto legal entre Elena Tablada y Javier Ungría ha resultado desfavorable para la diseñadora. Según ha trascendido, Tablada había interpuesto una demanda solicitando el pago retroactivo de la pensión alimenticia correspondiente al periodo 2022-2024, alegando que el empresario no había cumplido con sus obligaciones económicas hacia su hija Camila. Sin embrago, la jueza del caso ha desestimado su petición, considerando que Javier ya había realizado aportaciones suficientes y que, por tanto, no correspondía abonar ningún importe adicional.
El fallo ha sido interpretado como una victoria legal para Javier Ungría, quien ha expresado su satisfacción con la decisión con prudencia. "Todavía esto puede dar muchas vueltas", ha declarado el empresario a Europa Press, consciente de que su exmujer podría presentar recurso. Según ha explicado, durante los años 2022 y 2023 él asumió gastos importantes para la manutención de su hija, incluso por encima de lo que estipulaba el acuerdo legal previo. " He estado pagando más de lo estipulado en la pensión ", recalcó. Además, ha añadido que lo que más le incomoda no es la imagen pública que pueda proyectarse de él, sino que se cuestione su implicación como padre: "Me da igual que me critiquen, pero cuando alguien pone en duda mi papel como padre, eso sí que me molesta ".
Tras conocerse el fallo judicial, Elena Tablada ha respondido públicamente asegurando que, aunque no esté de acuerdo con la sentencia, no permitirá que su hija se vea perjudicada. En declaraciones a ABC, afirmó tajante: "Eso le corresponde a Camila. Es un derecho de ella. El padre compensa con pagos hechos voluntariamente, lo que es completamente arbitrario e injusto para la menor". Además, quiso dejar claro que no se trata de un capricho personal, sino de una reclamación que considera justa desde el punto de vista del bienestar de su hija. Aun así, aseguró que no piensa rendirse: "Si no se lo quiere dar, no me preocupa, yo la sacaré adelante. Saldremos adelante como siempre hemos hecho".
Una guerra legal que arrastra heridas desde su separación en 2022
Desde su divorcio en agosto de 2022, la relación entre Tablada y Ungría ha estado marcada por la tensión y los desacuerdos constantes. El conflicto no solo ha girado en torno a cuestiones económicas, sino también sobre la custodia de la niña, la exposición mediática de la menor, e incluso la contratación de detectives privados. Esta última resolución judicial representa solo una parte de un procedimiento más amplio y aún abierto, como han confirmado ambas partes. Ungría ha revelado que todavía hay varios asuntos pendientes en los tribunales y que la batalla judicial está lejos de concluir.
A pesar del revuelo mediático, Elena Tablada ha optado por la discreción en su primera aparición pública tras conocerse el fallo. Las cámaras de Europa Press captaron el momento en el que la diseñadora llegaba a su domicilio conduciendo su propio coche, sin responder a las preguntas de los reporteros. Elena no bajó la ventanilla ni hizo declaración alguna, limitándose a sonreír. Un gesto que podría esconder la frustración de una madre que, sigue luchando por su hija fuera y dentro de los tribunales.