Cinco acusados por la muerte de Liam Payne: tres acusados de homicidio involuntario y dos, en prisión

La muerte de Liam Payne continúa investigándose después de más de dos meses porque se ha tratado de una muerte con muchas incógnitas a las que hay que dar respuesta. El conocido cantante falleció el día 16 de octubre al precipitarse de una ventana del tercer piso del hotel CasaSur en Buenos Aires, Argentina. El componente de One Direction se encontraba allí después de haber asistido a un concierto de Niall Horan y, hasta unos días antes, estuvo acompañado por su novia, Kate Cassidy.

Las informaciones que han ido surgiendo en torno a su fallecimiento han sido de lo más variadas pero todas ellas coinciden en las grandes cantidades de alcohol y drogas que Liam Payne ingirió antes de su muerte en el hotel. Pues bien, en un primer momento se habló de tres personas imputadas, entre las que se encontraba Roger Nores, manager de Liam Payne pero ahora se han confirmado más acusados y detenciones.

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Según ha publicado Infobae, son cinco los acusados por el fallecimiento del conocido cantante. Roger Nores se encuentra entre los tres acusados por 'homicidio involuntario', a quien se suman los gerentes del hotel Gilda Martín y Esteban Grassi, quienes también han sido acusados de homicidio culposo. El que fuera amigo íntimo del artista tiene prohibido salir de Argentina.

Represalias por la actitud llevada a cabo

A estos acusados hay que sumarles dos detenidos. Estos dos detenidos son las personas que vendieron droga a Liam Payne para lucrarse con ello, a pesar de ver las condiciones en las que se encontraba el cantante. Por un lado Braian Paiz, un camarero que admitió haber consumido drogas, incluida cocaína, con el cantante, y quien ha sido acusado de suministrar narcóticos a cambio de dinero.

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También ha sido acusado de suministro de drogas Ezequiel Pereyra, empleado del hotel CasaSur. Los cinco han sido citados a comparecer ante el tribunal, pero sólo dos han recibido orden de prisión preventiva, Paiz y Pereyra. Sin duda, un halo de esperanza para la familia de Liam Payne, que confía en que se haga justicia en la manera en la que su hijo fue tratado antes de su muerte.