Durante una actuación en Kingston upon Hull el pasado 18 de agosto, Chris Martin decidió hablar por primera vez sobre el episodio de Boston que se convirtió en la kiss cam de Coldplay en un escándalo viral. Lo hizo en tono desenfadado y con ironía, al ver entre el público un cartel que hacía referencia al "Coldplaygate". " Gracias por volver después de la debacle ", comentó el cantante entre risas.
El incidente tuvo lugar el 16 de julio en el Gillette Stadium de Boston, cuando la cámara enfocó a Andy Byron, CEO de Astronomer, y Kristin Cabot, directora de recursos humanos de la empresa. Ambos, visiblemente incómodos, despertaron sospechas entre el público, lo que llevó a Martin a bromear desde el escenario: "O están teniendo un affaire o son muy tímidos". Lo que parecía una anécdota graciosa se transformó en horas en un escándalo global.
Durante semanas, la banda evitó realizar declaraciones, limitándose a mantener su show intacto. Sin embargo, en su reciente concierto Martin defendió que la kiss cam no desaparecerá de los espectáculos. " Llevamos haciéndola mucho tiempo y solo recientemente se convirtió en... ya saben. Pero si la vida te da limones, hay que hacer limonada", dijo ante miles de asistentes.
Las consecuencias en Astronomer
Lejos del escenario musical, el escándalo tuvo un profundo impacto en la vida personal y profesional de los protagonistas. Tanto Byron como Cabot dimitieron de sus cargos en Astronomer, empresa tecnológica con sede en EE.UU. UU. A la dimisión del CEO le siguió la renuncia de la responsable de recursos humanos, acorralados por la exposición pública de la supuesta infidelidad.
Con lo ocurrido ya convertido en un caso mediático de alcance mundial, Coldplay encara los últimos diez conciertos de su monumental gira 'Music of the Spheres', que se despedirá en el estadio de Wembley entre el 22 de agosto y el 8 de septiembre. Pese a la tormenta externa, la banda británica se mantiene inalterable en su discurso: lo suyo es la música, la conexión con el público y un gran espectáculo.