"Siete meses antes de la abdicación, vinieron a verme un grupo de empresarios para ver si se podía solucionar el caso de Urdangarin. Pero la solución la tiene que dar la justicia, no nosotros", explica Martínez de Irujo. Esto se hizo "para ver qué opinaba yo y si se podía salvar la imagen de la monarquía, que estaban dispuestos a poner el dinero y arreglar la situación de Urdangarin".
En estos momentos el futuro de Urdangarín sigue en manos de la Justicia, y sin duda este episodio ha dañado en gran medida la imagen de la monarquía española. De hecho, en su entrevista con el citado medio, Cayetano Martínez de Irujo ha arremetido contra ellos: "El primer error lo ha cometido la monarquía, que no ha situado a la nobleza donde le corresponde. La aristocracia ha perdido la relevancia por el complejo social enorme y general que existe en este país". Pero también se ha mostrado disconforme con la prensa, y continuaba diciendo: "que nos lleva a ser el único país del mundo con una prensa descalificativa, voraz, insultante, mentirosa... y que tristemente funciona".
Una vida normal
El hijo de la Duquesa de Alba también ha aprovechado la ocasión para defender su posición de aristócrata. "Yo no he escogido nacer aquí. He pasado toda mi vida queriendo ser normal, queriendo ser yo. Y lo he conseguido. Todo lo positivo que me ha dado nacer aquí, es un valor añadido, y todo lo negativo, gracias a Dios, lo he superado pero con mucho dolor y mucho trabajo". Ha insistido en la normalidad de su día a día, mucho más normal de lo que se pueda llegar a imaginar. Madruga para ir a trabajar a la oficina y ejerce de padre recogiendo a sus hijas del colegio. Sin embargo, sigue manteniendo su afición de toda la vida: montar a caballo.