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El décimo aniversario de boda de Jennifer Garner y Ben Affleck está a menos de dos semanas, pero los problemas del que fuera uno de los matrimonios más estables de Hollywood aún no han terminado. Tras semanas de rumores sobre su supuesta separación, un posible divorcio y varios conflictos conyugales, ahora Affleck y Garner están viendo a un consejero matrimonial, como último esfuerzo para salvar su relación.
Aunque todo apunta que la pareja está al borde de la ruptura, los actores se están aferrando a lo que queda por el bien de sus tres hijos: Violet, de 9 años, Seraphina, de 6, y Samuel, de 3. "Están intentando hacerlo funcionar por los niños, pero no es oro todo lo que reluce", cuenta a Us Weekly una fuente cercana a la familia, a la que es habitual ver paseando por su barrio de Brentwood. Sin embargo, recurrir a la ayuda de un profesional ha sido una constante para la pareja de actores debido a sus ajetreadas vidas.
Cuando se pelean, Affleck se va a un hotel
"Llevan años yendo a terapia", revela la fuente a la citada publicación. "Van cada uno por su lado y también van juntos. Cuando las cosas se ponen peor, van más a menudo", añade el informador. Sin embargo, a veces con esto no es suficiente y, cuando hay pelea, Affleck se aloja en el Hotel Bel-Air. "Se queda allí si él y Jen están teniendo problemas", cuenta la fuente, quien añade que el actor pide cócteles en el bar del hotel. "No hay necesidad de edulcorarlo. Ben está bebiendo otra vez", confirma.
Los rumores de ruptura surgieron a finales del pasado mes de mayo después de que pasara más de un mes sin que se les viera juntos, algo muy poco habitual en la pareja. Las especulaciones pillaron al actor de 'Argo' y a la protagonista de 'Alias' en Las Vegas y Nueva York, respectivamente y días después se dejaron ver juntos por Santa Monica, acompañados por sus dos hijas mayores, en un intento de acabar con estás informaciones.

