Adara tuvo que decir adiós a su madre Elena, expulsada por la audiencia en un duelo final contra ella y, a esto, se le sumó una noche de tormenta en la que todos tuvieron que resistir como pudieron. Adara era la primera que daba la voz de alarma y les decía a sus compañeros que dormían que estaba lloviendo, que le daban ganas de llorar y que se quería ir, cosa que secundaba Fani.
De repente, Adara empezaba a llorar de manera incontrolable diciendo que no tenía que haber ido, que no iba a aguantar una noche más ahí entonces sus compañeros, por si no tenían suficiente con la tremenda noche de tormenta, además tenían que tratar de calmar a Adara. Adara gritaba a alguien del equipo que se largaba, que llamaran a quien fuera que se iba. El ataque de nervios fue monumental diciendo que estaba atrapada ahí, que era horrible, que no quería oler más a pescado ni dormir en el suelo. En fin, un montón de cosas a voz en grito. Es verdad que cualquiera puede perder los nervios en una situación así pero es que también Adara parece nueva habiendo ido con esta ya tres veces a Supervivientes.