La familia de La Veneno pide una tercera autopsia, habla de negligencia y retrasa la incineración

La muerte de La Veneno parece ser más enrevesada de lo que parecía. Se habló de una paliza, de asesinato, de un accidente doméstico... esta última fue la hipotésis que barajó la Policía y que confirmaron las dos autopsias que se realizaron a la difunta, la segunda de ellas a petición de la familia, que consiguió una autorización judicial.

La Veneno | Foto: Twitter

En un primer momento, los Ortiz parecieron aceptar que la muerte de su hermana había sido accidental e iban a dejar las cosas como están aunque les doliera. Sin embargo, han vuelto a cambiar de idea y van a pedir una tercera autopsia que sufragarán con su propio dinero. Así lo asegura El Español, donde el portavoz, Francisco Ortiz, apostilla que lo que les choca es que en los resultados el forense niegue la existencia de hematomas, algo que sí apareció en el informe hospitalario cubierto tras el ingreso de La Veneno en La Paz tres días antes de su muerte.

La Veneno denunció a su novio el día antes de su accidente

Esta tercera autopsia les costará dinero, igual que mantener el cuerpo en una cámara frigorífica del Tanatorio Norte de Madrid (360 euros). Pese al dinero, quieren saber la verdad de lo que pasó, si es que fue distinto a lo que dice la autopsia. Eso sí, se han interesado por las cuentas de La Veneno, que no son muy abultadas, y siguen intentando que el novio de la exprostituta se vaya de la casa de Tetuán en la que vivió con ella.

Alin, novio de La Veneno | Foto: Telecinco.es

Precisamente Alin sigue en el ojo del huracán. 'Sálvame' ha desvelado que Cristina Ortiz fue a denunciar a su novio el día antes de sufrir el accidente que le costó la vida. El motivo habría sido la mala vida que le daba este hombre, que habría llegado a maltratar a la de Adra.

Por otro lado, la decisión de la familia de seguir adelante provoca que La Veneno siga sin poder ser incinerada. En un primer momento, los Ortiz querían llevar el cuerpo a Adra y darle sepultura en el cementerio de la localidad, pasando por alto así la última voluntad de su hermana, que deseaba ser incinerada y descansar para siempre en el Parque del Oeste de Madrid, donde ejerció la prostitución y pasó los mejores años de su vida. Por ahora habrá que esperar.