Después de pasar 113 días lejos de casa, Anita Williams por fin ha vivido uno de los momentos más esperados de su vida: volver a abrazar a su hijo Thiago. La exconcursante de 'La isla de las tentaciones', que decidió participar en 'Supervivientes 2025', tuvo que separarse de él durante todo ese tiempo. Aunque ha vivido una experiencia intensa, lo cierto es que su corazón estaba con su pequeño, a quien ha echado muchísimo de menos.
El reencuentro tuvo lugar el pasado 23 de junio en Barcelona. Anita llegó emocionada y allí mismo la esperaba Thiago, su hijo de tres años. En sus historias de Instagram compartió una imagen junto a él y explicó que, aunque iba a estar algo desconectada de las redes, quería dedicarse por completo a pasar tiempo de calidad con su niño. Aun así, prometió a sus seguidores que compartiría el vídeo del reencuentro que grabó su madre.
En ese vídeo, se ve cómo el pequeño corre hacia ella con los brazos abiertos mientras Anita lo espera con una sonrisa. Cuando por fin se encuentran, lo abraza fuerte y lo levanta. Junto a las imágenes escribió unas emotivas palabras: " El día que más he esperado por fin ha llegado: el día de verte, de abrazarte, de tenerte otra vez conmigo. Después de tanto tiempo diciendo 'la mama esta treballant', soñando con este momento, hoy por fin te tengo conmigo mi vida".

Después del esperado abrazo, madre e hijo disfrutaron de una tarde mágica. Fueron a comer un helado, jugaron con cochecitos y, en un momento lleno de ternura, Thiago le puso una coronita de juguete y le dijo: " Toma, eres una princesa ". Esos detalles son los que más valor tienen para Anita, que quiso compartirlos con todos los que han estado pendientes de ella durante su paso por el programa.
Un mensaje lleno de amor para su hijo
Para cerrar su publicación, Anita abrió su corazón con un mensaje muy sincero: "Hoy todo ese vacío se llena. Te miro, te escucho reír, y siento que todo vuelve a su lugar. No hay palabras que puedan explicar cuánto te amo y lo mucho que te he echado de menos. Eres mi motor, mi alegría, mi todo. Gracias por esperarme con ese amor tan puro, con esos ojos que no me reprochan la distancia, solo celebran mi regreso. Prometo que cada sacrificio fue por ti y que este abrazo compensa cada segundo de ausencia".