NO ES UNA PERSONA SOCIABLE

La lujosa y hogareña vida de Kim Schmitz, el fundador de Megaupload

El fundador de Megaupload apenas salía de su mansión de las afueras de Auckland, y cuando lo hacía iba a lomos de uno de sus coches lujosos y rodeado de fuertes medidas de seguridad.

Ana Sánchez 25 Enero 2012 en Bekia

Millones de personas a lo largo y ancho del planeta han pasado horas y horas aprovechándose de los servicios ofrecidos por Megaupload, pero poco se sabía hasta ahora de su fundador: Kim Schmitz (21 de enero de 1974, Kiel, Alemania).

El director del portal fue arrestado tras el cierre de la plataforma el pasado 19 de enero y ahora se enfrenta a la justicia de Estados Unidos acusado de tres delitos: lavado de dinero, formar parte del crimen organizado y violar el derecho de autor.

La vida de Kim Schmitz más allá de Megaupload

A día de hoy, y con Kim en la cárcel, poco a poco vamos conociendo cómo era la vida privada del multimillonario empresario alemán, un experto jugador de videojuegos que consiguió convertirse en el número uno del popular 'Call of Duty: Modern Warfare 3' tras pasar frente a la consola 702 horas en pocos meses.

Quizá precisamente en uno de esas escenas del videojuego cogió la idea de cómo recibir a la Policía cuando acudió a su mansión de Nueva Zelanda para arrestrarle. Kim Schmitz activó varios mecanismos de cierre electrónico y se atrincheró en una habitación junto a una escopeta. Una escena de las películas de James Bond más que de la vida real.

Los hobbies de Kim Schmitz: los videojuegos y los coches de lujo

Pero es que en la vida del fundador de Megaupload nada era mundano. Con tres hijos y una mujer a punto de dar a luz al cuarto, Kim Schmitz acostumbraba a grabar algunos de los momentos más importantes de su vida: carreras de Ferraris, viajes por medio mundo, fiestas organizadas en su mansión a las afueras de Auckland, etc.

Tanto ostentación y tanto lujo para una persona calificada por sus vecinos como muy poco sociable y muy hogareño. Una hombre corpulento de 137 kilos que nunca se relacionaba con extraños (ahora, de bellas modelos contratadas, sí) y que cuando salía de sus propiedades lo hacía rodeado de un gran operativo de seguridad que escoltaba alguno de los lujosos coches que coleccionaba (desde un Rolls Royce descapotable a un Cadillac de 1950 de color rosa).

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