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ENTREVISTA

Javier Pérez Campos ('Nocturnos'): "El monstruo verdaderamente peligroso es el que no tiene máscara, es el que se camufla entre nosotros"

Javier Pérez Campos ('Nocturnos'): "El monstruo verdaderamente peligroso es el que no tiene máscara, es el que se camufla entre nosotros"
Raquel Alonso Sánchez

Raquel Alonso Sánchez

Periodista especializada en crónica social, música y redes sociales

Publicado el Miércoles 22 octubre 2025 13:00

Última actualización: Miércoles 22 octubre 2025 11:57

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El reconocido autor del misterio y rostro habitual de 'Cuarto Milenio' ha lanzado 'Nocturnos', un libro para leer en las distintas etapas de la noche.

'Nocturnos' es el nuevo libro de Javier Pérez Campos, un libro con distintas historias de hechos paranormales o asesinatos terribles que siempre suceden de noche, de ahí que el autor haya querido hacer un recorrido por las distintas fases de la noche, pidiendo a sus lectores que el libro lo lean en ese momento, de noche. Esto es todo lo que nos ha contado en la entrevista.

Bekia: ¿Cómo estás ante el lanzamiento de 'Nocturnos'?

Javier Pérez Campos: Muy emocionado porque todo el trabajo de más de un año de documentación, de escritura, de preparación del libro, por fin vas viendo las consecuencias, los resultados y cómo la gente lo está acogiendo. Empiezan a leer el libro y te van contando lo que les parece y es una parte muy bonita, muy interesante.

B: Con este libro recorremos las distintas fases de la noche. Cuéntame por qué has querido enfocarlo de esta manera.

J.P.C.: Digamos que yo llevo 20 años investigando en la noche y escribiendo en la noche y me parecía bonito rendirle un homenaje a esa parte del día en la que la realidad se transforma, las cosas se vuelven más posibles, las cosas imposibles se vuelven más accesibles incluso y de alguna manera cambia nuestra manera de percibir. Yo me puse el reto de escribir el libro solo por la noche. Cuando llegaba el crepúsculo me bajaba a mi despacho y empezaba a escribir y, por otro lado, intentar que el lector también formara parte de ese juego con unas instrucciones que aparecen al principio del libro, que proponen que lo lea solo de noche.

B: ¿Es la noche tu momento preferido del día?

J.P.C.: Es el momento de calma. Para un periodista acostumbrado al bullicio de una redacción donde siempre suenan teléfonos, donde siempre hay que hacer llamadas, buscar temas, de pronto la noche era el momento para la reflexión, para buscar nuevas ideas.

'Nocturnos', la nueva novela de Javier Pérez Campos'Nocturnos', la nueva novela de Javier Pérez Campos

B: ¿Es cuando más te inspiras?

J.P.C.: Sí, para mí sin duda. Ten en cuenta además que tengo dos niños de cinco años. Entonces escribir el libro solo por la noche no era una cuestión estética, sino también de necesidad, para encontrar un momento de calma, de concentración, sobre todo de concentración, de poder mirar una pantalla de ordenador durante una hora y escribir.

B: ¿Por qué tenías la necesidad o las ganas de dejar plasmadas todas estas historias y leyendas en 'Nocturnos'?

J.P.C.: Quizás es porque mi idilio con la noche es una cosa que viene desde mi infancia posiblemente y mi idea era rendirle un homenaje a todas esas historias que ocurren cuando cae la noche y también a ese sentimiento que tiene el ser humano cuando empieza a oscurecer y nos sentimos especialmente vulnerables. Durante el día estamos perfectamente capacitados para desarrollarnos con normalidad, pero cuando cae la noche nos sentimos más vulnerables, el ojo no está acostumbrado a la oscuridad, el depredador aprovecha ese momento de vulnerabilidad para atacarnos y, precisamente por eso, otros sentidos se desarrollan con especial sensibilidad y eso es lo que me interesaba. Cómo percibimos la realidad por la noche, que es totalmente diferente a cómo la percibimos por el día.

B: ¿Qué encontramos de verdad y qué encontramos de ficción en tu libro? Tienes una labor de investigación tremenda, una bibliografía súper extensa pero no sé si has ficcionado alguna parte.

J.P.C.: Yo digo al inicio en una nota de autor que aunque puede parecer ficción, todo lo que ocurre en 'Nocturnos' es real. Todo. El libro tiene casi 500 notas a pie de página con documentación de entrevistas, de recortes de prensa, de podcast, de documentos del siglo XVIII que he consultado para documentar algunas historias. Por tanto, la única parte en la que he novelado algo es cuando he imaginado cómo pudieron ser algunos diálogos, aunque esos diálogos están basados en información real.

También a la hora de describir ciertas cosas. A uno le gusta también escribir de una forma que al lector quiera disfrutarlo, que se lo quiera beber, que capte su atención y que le impacte. Mi idea también era transmitir el enorme impacto que a mí me han generado algunas historias, producir esa emoción al lector. Creo que los libros son una manera también de sentirnos vivos, de hacernos sentir.

B: Tienes muchos libros a tus espaldas ya pero ¿te sigue dando vértigo lanzar un nuevo trabajo?

J.P.C.: Siempre da vértigo pero sobre todo porque hay una fase del libro que es la escritura, en la que uno está solo y es el único responsable de eso, pero cuando ya entra en juego la editorial, tanta gente, mi compañera de prensa, gente de comunicación, mis editoras... Todo eso ya te pone en otra perspectiva. Además, este libro es un libro precioso, es un libro que está maravillosamente bien editado, tiene una cinta de lectura, tapa dura, brillo, la calidad del papel... Está hecho con un cariño y con un aprecio por los libros, que eso también genera la sensación de que hay una expectativa en tu trabajo, y eso da vértigo, claro.

B: Supongo que habrá muchas personas que te cuenten sus historias, sus vivencias personales, pero ¿cómo haces tú para saber discernir entre lo que puede ser real, o al menos algo susceptible de ser investigado, y lo que no lo es? ¿Qué notas tú? ¿En qué te basas?

J.P.C.: Siempre intento, si hay una base documental, acudir a ella. Si hay alguna referencia de hechos concretos, acudir a las hemerotecas, documentar todo eso y, si se trata de una experiencia personal, vivida por una persona, por supuesto, uno tiene ya mucho bagaje a la hora de entender, a nivel incluso psicológico, cómo pueden afectar ciertas experiencias a la mente humana, las trampas que pone el cerebro para rellenar huecos donde solo hay sombras, que de eso habla también el libro, o todo lo contrario. Entender dónde hay unos patrones comunes que tienen cierta relación con cosas que han ocurrido, que tienen ciertos visos de no similitud.

Javier Pérez Campos nos ha contado todos los detalles del libroJavier Pérez Campos nos ha contado todos los detalles del libro

B: Vámonos un poquito a las historias que cuentas en 'Nocturnos'. Comienzas con algunos de los crímenes más macabros de la historia. Siempre parece que el perfil de los asesinos es muy parecido, acomplejado, psicótico, con rabia por cosas que les sucedieron en la infancia o en la adolescencia. ¿Tú crees que casi siempre es el origen de los crímenes tan macabros como estos de los que tú hablas?

J.P.C.: En un alto porcentaje. Hay un libro maravilloso llamado 'Hijos de Caín', que yo consulté para escribir este libro, en el que el autor referenciaba que la mayoría de crímenes ocurridos a partir de la segunda mitad del siglo XX ocurrían en los años 80 y muchos de ellos eran los hijos de los padres traumatizados que habían venido de la guerra de Vietnam y que habían maltratado a sus hijos, les habían educado con absoluta violencia y que de alguna forma eso les había marcado hasta el punto de convertirles casi en un defecto de la sociedad.

Yo creo que, desde luego, la educación tiene una importancia fundamental y así lo han podido documentar los que estudiaron al asesino en serie en sus orígenes, como Robert Ressler, el fundador de la Unidad de Ciencias de la Conducta del FBI. Está demostrado que eso tiene una importancia fundamental. A mí lo que me impresionaba de todos estos tipos es que a nivel social eran percibidos como gente normal, a veces incluso como vecinos ejemplares. Padres de familias modélicos, porque había algunos de ellos que tenían mujer e hijos y cometían crímenes y tenían 28 cuerpos de adolescentes enterrados en el sótano de su casa y nadie supo nada. A mí eso me parece terrorífico y de alguna manera es lo que me hace reflexionar sobre que el verdadero monstruo, el monstruo verdaderamente peligroso es el que no tiene máscara, es el que se camufla y se mimetiza entre nosotros.

B: El cazador de Anchorage tiene un perfil psicótico, pero ¿tú qué opinas? ¿Consideras que todos los asesinos tienen siempre este perfil psicótico o crees que el mal existe como tal, que no tiene mayor explicación, que hay gente que es mala y ya está?

J.P.C.: En familias perfectamente ordenadas y estructuradas, aparentemente, aparece uno de estos personajes infames que llevan a cabo crímenes de este tipo y hay ejemplos de lo que se llama casi una línea genética maligna. Lo han definido algunos de estos investigadores de la unidad de ciencias de la conducta que yo referencio en el libro y que es el mal por el mal y que algunos científicos están totalmente convencidos de que el mal existe como casi una entidad física. De hecho, el cerebro de algunos de estos 'serial killers' se ha estudiado porque la medicina creía incluso que podría haber algún tipo de efecto físico del mal en el cuerpo humano. El cerebro de John Wayne Gacy fue estudiado porque creían que podría haber alguna protuberancia, algo que explicara esa necesidad de cometer los crímenes.

B: Entiendo que para la policía muchas veces no tiene que ser fácil enfrentarse a asesinos de este tipo, como por ejemplo lo que cuentas en el libro del que se disfrazaba de payaso, que lo dejaron libre en varias ocasiones y que siguió matando. ¿Tú crees que a día de hoy la formación es suficiente para afrontar casos tan macabros como estos que relatas?

J.P.C.: Sin duda es fundamental y el trabajo que hicieron Ressler o John Douglas desde esa unidad de ciencias de la conducta del FBI que aparece en la serie 'Mindhunter', está inspirada en su trabajo porque ellos fueron entrevistando a los principales asesinos en serie por las cárceles de todos Estados Unidos para buscar patrones comunes, para buscar orígenes que pudieran explicar el motivo de estos asesinatos. Desde luego es fundamental el estudio de todo esto para poder prevenir también el crimen.

B: Hablas también del tema del vampirismo y haces referencia a 'Scream' y a todas estas personas que mataban después de ver la película. ¿Crees que las películas se inspiran en asesinatos reales o sucede más al revés, que las personas se inspiran en las películas para cometer estos salvajes asesinatos?

J.P.C.: Ocurren en ambos casos. Ahora hay un ejemplo de hecho muy gráfico porque habla literalmente. Establece un diálogo entre la ficción y la realidad, que es la serie de Netflix de Ed Gein, la tercera temporada de 'Monstruos'. Habla precisamente de cómo los crímenes de Ed Gein inspiraron a Alfred Hitchcock para hacer 'Psicosis', inspiraron al director de 'La Matanza de Texas' y crearon toda una saga de ficción inspirada en esos crímenes, pero también inspiró a asesinos que después se basaban en él para cometer estos crímenes. Esto habla mucho de la conducta humana ya no solo a nivel criminal, sino yo hablo de un fenómeno que es la 'murderabilia', es decir, el deseo de custodiar objetos que han pertenecido a asesinos en serie.

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Hay gente que ha pagado miles de dólares por tener un cuadro pintado por John Wayne Gacy. Hubo gente que incluso acudió a la casa de John Wayne Gacy cuando se descubrieron los cuerpos en el sótano, intentando llevarse ladrillos de la construcción para guardarlos en su colección de objetos del crimen. Es decir, esto es una mirada que nos espanta y que nos habla también de cómo el morbo como seres humanos nos hace a veces rozar también esa oscuridad que emanan este tipo de asesinos.

B: Nos metemos en el tema de los fantasmas, algo que viene desde hace muchísimos años como bien cuentas en tu libro, estas historias de pueblos, leyendas... Pero, tú que has vivido en tus propias carnes estas experiencias paranormales ¿cómo lo vives? ¿Cómo es esa sensación de no tener explicación para algo que estás viviendo, sintiendo, viendo?

J.P.C.: Precisamente mi interés en investigar de noche estas historias más vinculadas con lo sobrenatural era que intentaba sentir lo mismo que sentían los testigos que dicen haberse encontrado con ello y transmitirlo después a los lectores como una especie de vehículo de transmisión. Hay un fenómeno denominado el efecto Oz o campana de irrealidad que es que, muchos testigos, antes de vivir un encuentro extraño describen exactamente lo mismo, el mismo fenómeno, que es que todo queda en silencio. En la noche, si están en el bosque, por ejemplo, dejan de cantar los grillos, deja de sonar el ruido de las ramas meciéndose con el viento. Todo queda en un silencio terrorífico poco antes de que ocurra la visión.

Ese tipo de experiencias a mí sí que me ha llegado a ocurrir. Por ejemplo, estar en Ibiza investigando en un monte, en la zona más alta, en Rocas Altas la zona más alta de la isla, donde hubo un accidente en los años 70 de un avión de Iberia que chocó y murieron todas las personas que iban a bordo y desde entonces, en los años 90 hubo mucha gente que hacía acampadas en esa zona y decían que ocurrían cosas extrañas. Yo pude entrevistar a una de ellas, a Marisa, que no había vuelto a subir allí, porque en medio de una acampada empieza a escuchar gritos y voces a su alrededor y cuando salen aquello se apaga.

Y bueno, el caso es que yo llegué allí, a esa zona de Ibiza, a lo alto, y en un momento dado, a altas horas de la noche me di cuenta de que no había ningún ruido, no había ruidos de pájaros, de animales, de ramas moviéndose. Lo típico que uno debería escuchar en el bosque, ¿no? Y aquello me dio tan mal rollo, recordando las historias que yo había escuchado sobre la acampada de irrealidad, que tuve que abandonar el lugar y no terminé la investigación.

B: Vamos, que tienes miedo como cualquier otra persona.

J.P.C.: Sí, soy humano.

B: Cuando cuentas la historia de La Tumba de la Princesa, me ha dejado alucinando todo el tema de los accidentes que fuisteis sufriendo los que estuvisteis allí, excepto Aldo, que es el que percibió todo. Al investigar todo este tipo de sucesos, ¿no te da un poco de miedo que alguna vez lo que hay al otro lado o lo que sea que esté allí se te revele y haya algún tipo de consecuencia? Porque tampoco sabemos si lo que hay al otro lado es bueno, es malo...

J.P.C.: Yo siempre he sido muy respetuoso con los entornos, por ejemplo cuando visité el bosque de los suicidios en Japón, un compañero quería llevarse una piedra de recuerdo y yo le dije que ni de coña, o sea que yo no quería llevarme nada de eso a mi casa porque era un entorno con cierta oscuridad. En ese sentido, digamos que sí soy un poco cauteloso. Nunca había creído en estas historias de que uno pueda estar acompañado por alguna de estas entidades si queremos llamarlas así, pero es cierto que en esa investigación de La Tumba de la Princesa donde los testigos ven una figura oscura en el bosque que asocian con un mal presagio, resulta que todos los implicados tuvimos malas experiencias después pero inmediatamente después, no al cabo de unos días sino al día siguiente exactamente de estar allí.

Lesiones, gente que tuvo que pasar al quirófano, yo por el taller, por suerte solo fue un golpe con el coche, otro compañero casi se despeña por un barranco... Fue bastante sobrecogedor y desde luego cuando me preguntan oye, ¿hay algún sitio al que no volverías? Pues yo creo que a La Tumba de la Princesa que es un paisaje precioso pero bueno, donde ya investigué lo que tenía que investigar para qué voy a volver.

B: También tratas uno de los casos más espeluznantes de Poltergeist, el de Enfield. ¿Crees que el cerebro puede jugar malas pasadas de verdad? ¿Que generalmente todo puede llegar a tener una explicación? ¿O de verdad piensas que hay muchas cosas que se pueden escapar de nuestro entendimiento?

J.P.C.: Creo que hay un alto porcentaje de cosas que se pueden explicar, evidentemente hablábamos por ejemplo de cómo en la noche la vista no es nuestra mejor aliada, no está preparada para la oscuridad y yo estoy convencido de que en esa oscuridad el cerebro rellena huecos. El cerebro necesita explicaciones constantemente y estoy convencido de que muchas cosas que ocurren ahí son esos huecos que intenta rellenar el cerebro con parches que nos va colocando pero también estoy convencido de que a veces ocurren cosas que no podemos explicar y prueba de ello, pues este caso de Enfield que además hubo testigos de la policía metropolitana de Londres, hubo testigos que eran periodistas del Daily Mirror es decir, era gente no habituada al misterio poco influenciable, poco sugestionable y que en ocasiones incluso había testigos de fenómenos que estaban juntos es decir, varias personas juntas, no era una alucinación. Yo creo que a veces en la noche sí que ocurren cosas que no podemos explicar y que nuestro cerebro, por más que intenta comprenderlo, no puede.

B: La historia de El jinete sin cabeza es tu favorita. ¿Qué es lo que te atrapa?

J.P.C.: Para mí, El jinete sin cabeza, que es de las últimas historias del libro, tiene todo lo que me interesa: tiene historia, tiene literatura, tiene antropología, tiene misterio puro y duro, tiene crimen. No le falta de nada, ni siquiera la cabeza, porque también aparece por ahí en la tumba del jinete. Digamos que yo empecé a investigar la historia del jinete sin cabeza porque me interesaba toda la relación de Washington Irving, su autor, con España, que trabajó como miembro de la embajada de Estados Unidos en España. Vivió en Madrid, dijo que estaba harto de la política española en su día y que prefería dedicarse a la ficción.

Investigando todo esto descubrí que la historia del jinete sin cabeza, que en el fondo es un soldado al que le vuelan la cabeza durante una batalla contra las tropas de George Washington, es muy conocida pero había un jinete sin cabeza mexicano, mucho más desconocido que es el que a mí me interesaba porque lo descubrí después. Conseguí encontrar el libro del jinete sin cabeza mexicano escrito por un capitán del ejército norteamericano que escribe su historia, la documenta y está inspirada en una historia real de un ladrón de caballos al que decapitaron y al que obligaron a cabalgar sobre su caballo negro durante varias semanas por algunas localidades de la frontera de Texas.

B: La televisión también es tu mundo porque llevas muchos años junto a Iker Jiménez. ¿En qué dirías que te desenvuelves mejor? ¿Libros o televisión?

J.P.C.: Son dos lenguajes muy diferentes. La televisión te obliga a ser más directo, más concreto y el libro sí que te permite referenciar otras cosas, ahondar en otros temas, filosofar incluso, reflexionar y lo que me parece bonito es el híbrido de ambas cosas, cómo a veces incluso los temas de la televisión en los libros uno puede desarrollarlos de otra manera, de una manera diferente.

B: Es verdad que 'Cuarto Milenio' sigue cosechando muchísimo éxito ¿cuál dirías que es la clave de este programa? ¿Hay algo en lo misterioso que termina enganchando por encima incluso del miedo a lo desconocido?

J.P.C.: Creo que la autenticidad, el hecho de que somos un grupo de personas inquietas entusiastas, que creen de verdad en lo que hacen, que se preguntan cosas de verdad, que tienen mucha curiosidad y que quieren compartir esa curiosidad y esas historias con sus espectadores a los que respetan y a los que consideran parte de una familia después de 20 años en antena, que se dice pronto y eso es muy bonito. Eso es muy difícil de conseguir.

B: Además ahora hay nueva sección, 'Modo Incógnito'. Cuéntame un poco en qué consiste.

J.P.C.: 'Modo Incógnito' es una respuesta a un intento de captar lo misterioso porque llevamos mucho tiempo utilizando la tecnología punta, hemos estado utilizando todo tipo de equipos de cámaras, de sensores y no hemos conseguido captar el misterio de esta manera al menos con cierta rotundidad. Nos han ocurrido cosas pero no de manera rotunda e Iker quería volver un poco a los orígenes, es decir, al reportero solo en el lugar para ver si la sensación de esa soledad y el estar en calma en la noche además, que tiene mucho que ver con esto, pues el reportero podía percibir ciertas cosas y grabarlas. Desde luego está siendo muy interesante porque es verdad que acudir a un lugar sin un respaldo de un equipo ya te hace ir con mucha menos seguridad, más expuesto quizás.

B: ¿Y no crees que puedes sugestionarte?

J.P.C.: La sugestión tiene un papel importante, aunque uno tiene que aprender a controlarla también, pero quién sabe si la sugestión no es más que una antena que nos sensibiliza también a otras realidades y nos permite captar otras cosas.

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