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Este lunes 31 de julio, el juez Pedraz impuso la fianza de 300.000 euros para Ángel María Villar y 150.000 euros para su hijo Gorka. Ha sido esta mañana cuando los abogados de ambos han abonado la cantidad lo antes posible, para que sus representados puedan salir de la cárcel de Soto del Real, donde se encuentran en prisión provisional.
Este trámite ha sido posible gracias al estado avanzado de la 'Operación Soule', y por lo tanto se considera que no existe riesgo de fuga por parte de los detenidos ni la posible destrucción de pruebas. Se les acusa de delitos de corrupción y tráfico de influencias por beneficiarse de contratos millonarios en los acuerdos de los partidos amistosos de la Selección de Fútbol.
Esta misma madrugada, el actual presidente de la Real Federación de Fútbol Española (RFEF), Juan Luis Larrea, defendió al expresidente: " Estoy feliz de que Villar salga de la cárcel, en mi opinión no se merecía estar en ella. Son circunstancias que no se pasan por la cabeza, conociéndolo sé que no ha metido la mano en la caja. Pongo la mano en el fuego por él", dijo en 'El Larguero' de la Cadena Ser.
De capa caída
Hace escasos días que se conocía la noticia de que Ángel María Villar quedaba suspendido de su cargo como presidente de la RFEF durante un año, mientras que Juan Luis Larrea tomaba el mando en su ausencia. Por su parte, la UEFA recibía una carta desde prisión del propio Villar dimitiendo de su cargo como vicepresidente y miembro del Comité Ejecutivo.
