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El príncipe Harald von Hohenzollern, miembro de una de las casas aristocráticas más antiguas de Europa, ha fallecido de manera repentina a los 63 años en la ciudad de Windhoek, Namibia, tras sufrir un paro cardíaco. La noticia, confirmada por fuentes de prensa alemanas y francesas, ha generado conmoción tanto en círculos aristocráticos como en la opinión pública. Harald, descendiente de la línea Hohenzollern-Emden, rama menor del linaje imperial alemán, residía desde hace décadas en el sur de África, donde había forjado una sólida carrera empresarial en el sector del comercio de piedras preciosas.
El Príncipe Harald había contraído matrimonio en septiembre de 2024 con Josefa von Hohenzollern, una mujer carismática y muy conocida en la región bávara por su trayectoria política como exalcaldesa de Kollnburg. El vínculo entre ambos nació en 2022 durante una feria comercial en Stuttgart, y fue descrito por cercanos a la pareja como un flechazo inmediato, a pesar de sus mundos radicalmente distintos: ella, figura local en la política alemana, él, aristócrata expatriado convertido en magnate de los diamantes. En pleno embarazo de su primer hijo en común, el matrimonio se preparaba para comenzar una nueva etapa familiar, truncada ahora por un destino inesperado.
La Princesa Josefa dio a conocer la noticia a través de un emotivo mensaje publicado en sus redes sociales. "Con profunda tristeza, debo anunciar que mi querido esposo, Harald, ha fallecido inesperadamente. Estoy devastada por esta pérdida. Necesito tiempo para hacer el duelo, para despedirme y para estar presente junto a nuestro hijo que aún no ha nacido ", escribió. La crudeza del momento y el embarazo avanzado de la princesa, que dará a luz previsiblemente en julio, han conmovido a todos.
Cancelación de su vida política y retiro del foco público
A raíz de esta tragedia, Josefa ha decidido suspender por completo sus actividades públicas y políticas. Apenas unas semanas antes, había anunciado con entusiasmo su candidatura a la alcaldía de Leonberg, municipio de la región de Baden-Wurtemberg, con el objetivo de regresar al servicio público compatibilizándolo con su nueva vida familiar. Sin embargo, tras el fallecimiento de su esposo, ha comunicado oficialmente su retiro temporal. " He decidido suspender todas mis actividades públicas y electorales ", ha declarado.
Aunque nunca ejerció cargos políticos ni ostentó funciones institucionales, Harald von Hohenzollern llevaba consigo el peso de una herencia simbólica: la del antiguo Imperio Alemán y la Casa Real Prusiana, disuelta tras la Primera Guerra Mundial pero aún reconocida en círculos tradicionales y nobiliarios. El hijo que espera la princesa Josefa nacerá como heredero de una historia bonita y desgarradora a la vez.
