Olivia y Francisco de Borbón siempre habían estado unidos por un profundo lazo familiar, fortalecido por la pérdida de su madre y su hermana en apenas un mes, y recientemente la de su padre, Francisco de Borbón Escasany, Duque de Sevilla. Esta última ausencia parecía consolidar aún más su unidad. Sin embargo, el proceso de sucesión nobiliaria ha abierto una grieta entre los hermanos. Olivia ha solicitado formalmente el título de Duquesa de Sevilla, algo que le corresponde legalmente según las reformas introducidas en la legislación nobiliaria, pero que ha sorprendido a su hermano, quien esperaba que ese paso no se diese tan pronto.
Francisco de Borbón hijo se enteró de la solicitud de su hermana por el Boletín Oficial del Estado, una revelación inesperada que, según su entorno, le dejó descolocado. "Lo normal es esperar un año de luto", decía recientemente a la revista ¡HOLA! Desde su entorno, se asegura que el deseo de su padre era que él, como hijo varón, ostentase el ducado. Sin embargo, como explica el doctor Orantes, experto en derecho nobiliario, ese deseo carece de validez jurídica: "Los títulos no se heredan del último titular, sino del primero, por descendencia con mejor derecho". En este caso, la solicitud de Olivia podría prosperar sin oposición formal.
Apenas unos días después de la publicación de la solicitud, comenzó a circular un comunicado supuestamente emitido por Francisco hijo y su entorno más próximo, en el que se denunciaba la solicitud del título y, especialmente, el uso del nombre del difunto duque como imagen de una nueva marca de moda. En el texto se acusaba a Olivia de actuar "a espaldas del heredero legítimo" y de emprender un proyecto comercial bajo el legado familiar sin consulta previa. El escrito afirmaba que "el respeto a la memoria del duque se ha visto vulnerado" Sin embargo , la autenticidad del comunicado fue desmentida a ¡HOLA! por fuentes de confianza de la familia.
Olivia y Julián, entre conciertos y sastrería
Mientras se debate el rumbo del título nobiliario, Olivia de Borbón ha reaparecido públicamente. Lo ha hecho este fin de semana en Sevilla, asistiendo al concierto de Miguel Bosé en el festival Icónica Santalucía, acompañada por su marido, Julián Porras-Figueroa. Su presencia no ha pasado desapercibida, tanto por el contexto familiar como por el nuevo proyecto empresarial de su esposo, quien acaba de lanzar Black Ronan, una firma de sastrería de lujo.
La ley ya no prioriza al varón en la sucesión, y los títulos no son meras herencias sentimentales: tienen valor simbólico, social e incluso comercial. En el caso del ducado de Sevilla, confluyen el linaje histórico, el prestigio social y la posibilidad de capitalizar una marca reconocible. Olivia ha actuado con rapidez y respaldo legal, mientras que Francisco, más apegado a las formas tradicionales, parece haber sido sorprendido por los tiempos y las formas.