La nueva vida de Violeta Mangriñán y su familia en Valencia no está siendo muy hubiese deseado. Vivir en una casa ha sido un cambio grande para la influencer, ya que toda su vida ha vivido en un piso, pero más allá de eso se ha tenido que enfrentar a otras cosas que no se imaginaba.
Al poco de mudarse con Fabio Colloricchio, la pequeña Gala y su perrita Canela, ha visto cómo todo se ha nublado para ella y su familia, porque un par de hombres han empezado a observar su casa. La que dio la voz de alarma fue su hermana Lila, quien una de las veces que estaba sacando a la perrita de la influencer vio cómo un coche oscuro estaba por las inmediaciones. Por otro lado, y después de que la familia se hubiese percatado de la presencia de unas personas sospechosas, Lila Mangriñán fotografió un vehículo, que dio marcha atrás y que le preguntaron por qué había hecho una foto y que si tenía miedo.
La hermana de Violeta Mangriñán consiguió mantener la calma, sin embargo, ya en casa de la influencer comunicó lo sucedido, igual que en la garita de seguridad de la urbanización, y al día siguiente el padre de ambas acudió a un cuartel de la Guardia Civil. En vista de lo sucedido, muchas personas han hecho llegar a la exconcursante de 'Supervivientes' que en realidad es algo que ella misma se ha buscado por mostrar su vida a través de las redes sociales, y no ha podido quedarse callada, defendiéndose y dejando claro que no hay derecho a que te suceda algo así.
Violeta Mangriñán con su hermana Lili en el front row de la Mercedes Benz Fashion Week septiembre 2022La influencer compartía un texto hablando de esta situación, y diciendo: " No cuento toda mi vida en redes sociales, de hecho no cuento ni la mitad de cosas que suceden en mi vida, si ya contando la mitad cuento demasiado, imaginaos si contase todo. Por otro lado, los tíos que merodeaban mi casa llevan un mes y medio robando en zonas cercanas, a gente que no tiene seguidores ni cuenta su vida, de hecho la mayoría de robos, el 99,9% de los robos que suceden al día en este país, no son a personas conocidas". 3.
No hay derecho
Lo último a lo que hacía alusión era lo siguiente, dejando claro que no hay nada que justifique esta intimidación: " Aunque y contase toda mi vida, que no es el caso, eso no daría derecho a nadie a hacerme daño o entrar a mi casa a robar, y lo que no sería normal sería normalizar que eso ocurriese por contar mi vida".
