La madre de Daniel Sancho continúa visitándole en la cárcel, pero se le ha podido ver con una actitud diferente.
Silvia Bronchalo continúa viviendo temporalmente en Tailandia para estar así cerca de su hijo. La madre de Daniel Sancho acude cada día a la prisión de Koh Samui para reencontrase con él en visitas diarias que duran pocos minutos. En sus últimas llegadas a la cárcel ha sido vista llevando una mochila, y se ha podido saber que en la misma llevaba algunos objetos para entregárselos a su hijo, como agua potable, productos de higiene personal o incluso un libro.
Pero para ella esta situación está siendo muy complicada, ya que cada vez que se acerca a la prisión es seguida por varios medios de comunicación que quieren tomar imágenes. Pese a que siempre haya acudido con semblante bastante serio, en una de sus últimas visitas se ha mostrado enfadada. ha llegado un poco más tarde de lo normal y una reportera ha dicho: "Estaba especialmente enfadada. De hecho, ha dado un fuerte portazo al taxi", aunque el motivo de su enfado se desconoce. Quizás esté sobrepasada por todo lo que está viviendo y su paciencia haya llegado a su límite, porque no estaría dispuesta a seguir tolerando la presencia de los medios de comunicación como lo había hecho hasta la fecha.
Asimismo, no para de acaparar titulares, uno de ellos hacía alusión a que ha sido vista en un lugar que no es la prisión en compañía de dos hombres, y se ha podido saber que uno de ellos es un asturiano afincado en Tailandia que se ha convertido en su apoyo en el país para las diferentes gestiones que tiene que hacer, si bien es cierto, no se conocían de antes. Ha podido ser vista destrozada
Por otro lado, y previa a estas imágenes de su enfado se había podido ver otra de su reacción fuera de a cárcel, una fotografía compartida por la revista Semana en la que se puede ver a Silvia Bronchalo completamente destrozada sin poder evitar las lágrimas al hablar por teléfono. Ella misma dijo a la prensa: "Nadie te prepara para algo así", algo que es más que evidente porque nadie espera ver a su hijo en la cárcel por asesinato y con la posibilidad de que se pida para él pena de muerte.