Acostumbrado a pasar de un escenario a otro entre programas y teatros, Santi Rodríguez jamás habría imaginado que una conversación durante un trayecto en AVE acabaría alterando el rumbo de su vida. Frente a él viajaba un matrimonio, ella médico de familia y él presidente del Colegio de Neumólogos de España. Entre risas y comentarios, el actor mencionó que nunca se había hecho una revisión pulmonar, lo que llevó al especialista a interrogarle brevemente: " ¿Has fumado?", "¿Toses por la mañana? ".
Intrigado por aquel comentario, Santi se sometió poco después a una espirometría, una prueba que confirmó las sospechas. El resultado reveló que efectivamente tenía EPOC, una enfermedad pulmonar crónica que suele pasar desapercibida en sus fases iniciales. Gracias a la detección temprana, el tratamiento actual de Santi es sencillo: un inhalador diario y otro de rescate para casos puntuales. "Hoy hago vida normal y no me privo de nada", asegura.
El actor confiesa que el diagnóstico le hizo reforzar hábitos que ya había empezado a cultivar tras superar un infarto y aprender a convivir con una enfermedad autoinmune. Hace una década que dejó el tabaco y ahora presta especial atención a su alimentación. Aunque admite que reducir el estrés es difícil, busca priorizar el descanso. " Lo que todos sabemos pero no siempre hacemos es, al final, lo que nos mantiene vivos ", reflexiona.
Lejos de ocultar su situación, Santi decidió compartirla públicamente para concienciar sobre la importancia de chequeos preventivos, sobre todo entre fumadores y exfumadores. Colabora en proyectos como Historias con Luz y participa en iniciativas de salud pública. "En España hay millones de personas con EPOC que no lo saben. Si mi historia logra que aunque sea una sola persona vaya al médico, habrá merecido la pena ".
Una vida serena en Jaén
Actualmente instalado en su Jaén natal, Santi Rodríguez disfruta de una vida tranquila rodeado de su esposa e hijas. Compagina su faceta artística con causas solidarias, como la gala benéfica que organiza anualmente en favor de la Asociación Síndrome de Down de Jaén y provincia. Allí sigue cultivando su sentido del humor como filosofía de vida: "Reír todos los días es la mejor medicina para el alma ", dice.