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Rute Cardoso ha vuelto a aparecer públicamente tras dos meses de silencio. Lo ha hecho con una imagen que ha emocionado a miles de personas: una fotografía tomada en la basílica de la Virgen de Fátima, en plena noche, donde se ve su mano colocando un aro en una cruz. Sin texto ni explicaciones, el gesto ha sido interpretado como una ofrenda de fe y amor eterno hacia Diogo Jota, el futbolista del Liverpool que falleció el pasado 3 de julio junto a su hermano en un accidente de tráfico.
Diogo Jota tenía solo 28 años y acababa de casarse con Rute, su pareja de toda la vida y madre de sus tres hijos. La tragedia ocurrió apenas dos semanas después de la boda, cuando el jugador decidió viajar por carretera a Inglaterra por recomendación médica. El coche en el que viajaba con su hermano se salió de la vía y ambos murieron en el acto. Desde entonces, Rute se ha refugiado en su familia y en sus hijos, manteniendo un perfil bajo en redes sociales.
La publicación de Rute ha generado una ola de apoyo en redes sociales. Mensajes como "Diogo está brillando sobre ti" o "El verdadero amor es eterno" han inundado su perfil. La imagen se ha convertido en un símbolo de duelo compartido, donde seguidores, aficionados y personas anónimas han querido acompañarla en su proceso. El gesto recuerda al lema del Liverpool: 'You'll never walk alone', que hoy cobra un nuevo significado para la viuda del futbolista.
Hasta ahora, Rute solo había compartido un mensaje el 22 de julio, cuando se cumplió un mes de su boda: "1 mes de nuestro 'hasta que la muerte nos separe'. Para siempre, tu chica blanca". Desde entonces, no había vuelto a pronunciarse. La foto en Fátima, sin palabras, transmite más que cualquier comunicado. Es una forma de expresar su dolor, su fe y su vínculo eterno con Diogo, con quien compartió más de una década de vida.
Fe, memoria y amor
La imagen de Rute Cardoso en Fátima no solo es un homenaje personal, sino también un acto de fe que ha tocado a miles. En medio del duelo, la viuda de Diogo Jota ha encontrado una forma de conectar con quienes también lloran su pérdida. Su gesto, íntimo y poderoso, recuerda que el amor verdadero no termina con la muerte.
