El proceso judicial que investiga la muerte de Matthew Perry, el inolvidable Chandler Bing de Friends, ha dado un paso decisivo. Jasveen Sangha, conocida como la reina de la ketamina, ha aceptado su responsabilidad en el suministro de la droga que acabó con la vida del actor. Según ha informado el Departamento de Justicia de Estados Unidos, Sangha se ha declarado culpable de cinco cargos federales, entre ellos el de distribución de ketamina con resultado de muerte.

La presunta traficante, de 42 años y con doble nacionalidad británica y estadounidense, llevaba detenida desde agosto de 2024. En su domicilio de Los Ángeles, descrito por la Fiscalía como un "emporio de venta de drogas", se hallaron decenas de viales de ketamina, cocaína y pastillas de metanfetamina. La sentencia podría alcanzar hasta 65 años de prisión.
Sangha se convierte así en el quinto eslabón de una red que, según las autoridades, se aprovechó de la vulnerabilidad del actor. Los médicos Salvador Plasencia y Mark Chávez, el asistente personal Kenneth Iwamasa y el intermediario Eric Fleming ya se habían declarado culpables de participar en el suministro de sustancias que llevaron a Perry a la muerte.

Tal y como reflejaba el informe toxicológico, el actor falleció el 28 de octubre de 2023 por los efectos agudos de la ketamina, a los que se sumaron el ahogamiento, una enfermedad coronaria y la buprenorfina. El documental Matthew Perry: una tragedia de Hollywood reveló que el intérprete recibió 27 inyecciones de ketamina en los tres días previos a su fallecimiento.
Su historia más dura
Matthew Perry, que este martes habría cumplido 56 años, habló abiertamente sobre sus problemas de adicción. En su autobiografía Friends, Lovers and the Big Terrible Thing (2022), confesó haber gastado nueve millones de dólares en rehabilitación y haber sobrevivido con solo un 2% de probabilidades.